Lejos de la situación extrema de Reino Unido, donde la falta de camioneros ha provocado escenas de escasez en los supermercados, Cádiz acusa también el déficit de profesionales. El secretario general de la Asociación de Empresas de Transporte de Mercancías, Javier Lobato, estima que, solo en el Campo de Gibraltar, que cuenta en Algeciras con el sexto puerto europeo con mayor tráfico de contendedores según el análisis anual del portal especializado porteconomics.eu, se necesitan en torno a 250 conductores para hacer frente al volumen de trabajo, marcado por el Brexit, que ha incrementado los trámites aduaneros, y los cuellos de botella provocados por el confinamiento duro a causa de la pandemia y las restricciones posteriores. En el conjunto de la provincia, la demanda asciende a 400 efectivos.
El problema es generalizado en Andalucía, donde se precisan 2.000, apunta el secretatio del sector de Carreteras, Urbanos y Logística de FeSMC UGT, Antonio Rafael Muñoz, quien advierte de que en los próximos 15 años se jubilarán más del 50% de las plantillas de conductores en la región, que tienen una media de edad de unos 50 años, y señala a Almería y Huelva como los territorios más afectados.
El acceso al sector exige un importante esfuerzo por parte del aspirante, lo que dificulta el relevo generacional. El coste del permiso y el curso de adaptación profesional para manejar camión rígido ronda entre los mil y mil doscientos euros, según los cálculos del sindicato, y entre dos mil y dos mil doscientos euros el del traíler. Además, la Dirección General de Tráfico no renueva ni refuerza la plantilla de examinadores, de manera que quienes necesitan obtener el carné sufren esperas en muchos casos de más de seis meses para poder pasar las pruebas necesarias.
Pero, sin lugar a dudas, lo que resulta disuasorio son las duras condiciones de trabajo. “Es imposible conciliar la vida laboral y familiar”, lamenta Muñoz en su doble condición de conductor y padre. En el caso del transporte nacional, están obligados a estar fuera de casa al menos ocho días de media, el doble si es empleado del transporte internacional. Los servicios a disposición en carretera para tomar un respiro o para aseo son muy deficitarios. Por otra parte, la legislación contempla un descanso entre jornada de doce horas, pero a los conductores se les reduce, en el mejor de los casos, a once horas y, en el peor, a nueve horas.
El esfuerzo, añade, no se ve recompensando económicamente. “Un mozo de almacén puede tener de salario base 1.200 euros; la media que cobra un compañero es de 1.600 euros, con el riesgo que comporta, además la carretera”, advierte. Y hasta las fronteras se puede dormir en cabina, pero una vez fuera de España, no, con lo que hay que costearse la manuntención con los exiguos emolumentos. Los empresarios, concluye, tampoco ponen de su parte, y sostiene que, en Cádiz, el convenio no ha cambiado una coma, paralizada su negociación, desde hace ocho años.
Lobato, en representación de un sector que genera 15.000 empleos directos e indirectos en Cádiz, de los cuales 5.000 son conductores, explica que la rentabilidad de la actividad ha caído en picado en la última década. Por un lado, afirma que el sector, con en torno a 2.000 empresas, está compuesto en su mayoría, un 98%, calcula, por micropymes, con capital limitado. Por otro, reconoce que hay exceso de oferta de vehículos, lo que conlleva el desplome de los precios.
Finalmente, subraya el incremento de costes vinculados al combustible, con precios que no se veían desde hace seis años. “En 2015, el litro de gasoil costaba 1,07; en la actualidad, 1,28”, se queja, lo que eleva hasta los 800 euros el precio de viajar desde Cádiz a Reino Unido. “Ahora se plantean peajes, y ya pagamos más por el impuesto de circulación o las cuotas de autónomos”, al tiempo que suman casi una década sin contar con ayuda de la Administración para la formación para el empleo y alerta de que los fondos de recuperación Next Generation no contemplan líneas específicas para el sector. “Es preciso una fiscalidad especial y planes de capacitación para los jóvenes”, reclama.
El portavoz de UGT plantea mejoras sociales y económicas, con el desbloqueo de los convenios provinciales y una mejor distribución de los beneficios por parte de los empresarios así como el cumplimiento estricto del reglamento C. E. del Parlamento Europeo 561/2006, donde se establecen normas y tiempos de conducción con un conductor o con un equipo.