La derrota sufrida por el Algeciras en Andorra este sábado en una acción desafortunada en saque de esquina le coloca como el peor visitante del grupo II de Primera RFEF de las últimas jornadas -desde la 13ª, en concreto-. Es el culmen, o eso esperan los de Ania, de una transformación negativa como equipo visitante.
No en vano, el equipo albirrojo llegó a ser el mejor equipo visitante del grupo tras las primeras once jornadas, en las que sumó once puntos lejos de casa. A excepción de la goleada (4-0) que encajó en Cornellá, los algeiristas empataron en sus visitas al Barça B y al Alcoyano y ganaron en La Línea (0-4), Sevilla (ante el fiilial sevillista, 1-3) y Linares (0-3), con marcadores holgados.
Sin embargo, aquel empate sin goles en Alcoy del 31 de octubre fue el último punto logrado a domicilio por el equipo algecireño. Desde entonces comenzó una sequía que tuvo su quinto capítulo este sábado en la fría Andorra, si bien el equipo de Ania hizo méritos para haber puntuado. A pesar de la derrota, la imagen sigue la estela de mejora mostrada en la visita al Atlético Baleares, en la que otro poderoso rival terminó pasando por encima de los albirrojos en un partido en el que el equipo mejoró sus prestaciones.
Las mejoró respecto a las visitas al Albacete, el UCAM y el Castilla, donde el conjunto algecirista no estuvo a la altura de lo esperado de une quipo que peleaba por hacerse con una de las plazas de promoción de ascenso, un objetivo que a día de hoy se antoja algo excesivo sin el rendimiento como visitante no se acerca más al buen trabajo exhibido en casa.