El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viaja este jueves a Bruselas confiado en que del Consejo Europeo saldrán las medidas urgentes que ha venido reclamando en los últimos días para bajar los precios de la electricidad pero con la propuesta también de que España pueda actuar en este ámbito sin necesidad de que lo hagan todos los socios, dado el rechazo que genera la propuesta entre algunos de ellos.
La cita de Bruselas llega tras una intensa gira por parte de Sánchez, que ha tratado de buscar apoyos en los últimos días a la tesis que viene defendiendo España de la necesidad de limitar el precio del gas del de la electricidad. España cuenta con el respaldo de países como Portugal, Italia, Grecia o Bélgica, e incluso de Francia, que ostenta la presidencia de turno de la UE, pero otros como Alemania y Países Bajos se muestran mucho más reacios a avanzar en esta línea.
En el Gobierno reconocen la dificultad del debate en curso, habida cuenta de los diferentes intereses y situaciones de los Estados miembro, pero se muestran convencidos de que saldrán conclusiones equilibradas que tengan en cuenta tanto la seguridad de suministro como los precios, las dos principales preocupaciones.
Así, y como ha manifestado ya el propio Sánchez, consideran que la UE llega tarde a la hora de tomar medidas respecto al impacto del precio del gas en el de la electricidad y advierten de que no actuar ahora también tendrá un coste, de ahí la apuesta por la adopción de medidas extraordinarias, urgentes y de efecto inmediato que permitan reducir el precio de la electricidad.
DIVISIÓN EN LA CUMBRE EUROPEA.
En la Cumbre de líderes de la UE en el que se tratará de romper con la dependencia del gas ruso y buscar otros proveedores, Sánchez propondrá limitar los precios en el mercado mayorista de la electricidad, después de que este miércoles la Comisión Europea haya presentado esta medidas entre las opciones que podrían aplicarse para atajar el alza de precios de la luz.
La Comisión Europea contempla cinco posibilidades entre las que figuran, además de la opción que defiende España, otras cuatro medidas que pasan por fijar un gravamen para los beneficios "excesivos" de las eléctricas, establecer un máximo a ciertas tecnologías de generación de energía vinculadas a los combustibles fósiles, intervenir el merado del gas a través de un precio máximo para su comercialización y conceder ayudas directas a los consumidores.
La idea de intervenir para poner techo a los precios máximos de la luz, que reivindica España y apoyan países del sur como Portugal y otros como Bélgica, genera las mayores diferencias con otros gobiernos europeos, como Alemania o Países Bajos, que rechazan intervenir el mercado y argumentan que hay mecanismos en el sistema actual.
Las reservas a las medidas para las que Sánchez busca apoyo son tan firmes que fuentes diplomáticas de un país socio describieron al presidente del Gobierno como un "Don Quijote que lucha contra molino de viento" y aseguran que las decisiones finales serán "aplazadas hasta mayo", cuando los líderes vuelvan a reunirse con más datos sobre el impacto de la medidas sobre la mesa.
Frente a esto, España defenderá que la condición de isla energética de la Península Ibérica, con una interconexión con la UE que ronda el 3%, le permitiría ejecutar esta limitación de precios en el merado mayorista de la electricidad sin que tuviera esta decisión tenga repercusiones en el resto de mercados eléctrico de la UE y defenderá que se ejecute sin cargo a los presupuestos y a través de un mecanismo de compensación, según han informado fuentes del Gobierno.