Un día oí a alguien decir que una guerra es un conflicto armado donde los que no han generado el problema se matan por mantener y mejorar a los sí lo han generado y nunca irán al campo de batalla. En estos últimos días tenemos que ver cómo esa pesadilla de la Guerra Fría y la división del mundo en bloques, vuelve a tomar cuerpo en un conflicto que se desarrolla en terreno ucraniano donde se vuelve hacer un alegato a la inmadurez del ser humano, al mismo tiempo que se nos hace recordar aquella frase de Hobbes afirmando que el “hombre es un lobo para el hombre”, con el añadido de que ese lobo hoy tiene una amplia gama de armas sofisticadas para, más que ser un lobo, sea haya convertido en un auténtico hijo de puta, sin diminutivos.
Y qué se puede hacer ante tamaña atrocidad en el norte de Europa y con un líder mundial que se vanagloria de tener un arsenal nuclear que podría extinguir a cualquier ser vivo del planeta. Habría que preguntar a la ONU qué papel juega en todo esto, cuando ha quedado de manifiesto su incapacidad para poder prever y parar una situación como la que estamos viviendo. Tantos millones que se gastan los países occidentales, en armas y servicios de inteligencia han sido incapaces de impedir llegar a esta situación, dejando en el abandono a un país que tiene a un actor de telenovelas como primer ministro.
Llevo años hablando de lo preocupante que puede ser que los intelectuales del mundo se sigan escondiendo bajo su caparazón y dejen que las formaciones políticas sean lideradas por los actuales mandatarios, y luego nos quejamos del auge de los partidos de extrema derecha en Europa, cuando tal vez, de lo que habría que quejarse es de los ineptos e impresentables que ganan las elecciones en estos países.
Tal vez habría que hacer un control de calidad de los políticos cuando deciden presentarse para desempeñar un cargo público, no estaría mal un examen básico de Geografía, matemáticas, ciencias naturales, historia o lengua y literatura; aunque tampoco estaría mal que aprendan Filosofía, ahora que parece es la asignatura que todos ven como prescindible, una pena, porque si ya cuesta a los dirigentes actuales que piensen un poco más que en su propio ombligo, no quiero ni imaginar si encima les quitamos la asignatura que habla del desarrollo de los pensamientos.
Tal vez la raíz de todo el problema esté ahí, en una Educación que se va cambiando a medida que cambian los intereses de nuestros dirigentes, teniendo en un proceso que debería ser totalmente objetivo, la primera herramienta de adoctrinamiento a un país. En nuestro país podemos ver cómo el sistema educativo, se puede valorar por las estadísticas culturales, los libros que más venden suelen ser el de los escritos por los “negros” de los personajes que aparecen habitualmente en el canal de televisión de rima impronunciable, o ver como subsiste este mismo canal que basa el 80% de su programación en los divorcios de los famosos o no tan famosos o atacar las vidas privadas de mitos de este país que ya no están con nosotros.
Hoy más que nunca se necesita potenciar la formación objetiva y cultural, porque una personal instruida no soluciona sus conflictos con las armas. Es necesario conocer nuestro pasado, no sólo para mejorar el presente y el futuro, sino porque también nos permite intuir lo que puede suponer no actuar con respeto al prójimo. Se necesita sensatez y corazón algo que parece que en el norte de Europa se ha debido congelar.