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Málaga

El acusado de asesinar a su exmujer de 64 puñaladas dice no saber lo que pasó ni por qué

Además de de acabar con la vida de ella en 2019 en Fuengirola intentó matar también a su hijo de 16 años tras darle dos cuchilladas en el cuello

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  • Durante el juicio. -
  • Se enfrenta a una petición fiscal de 34 años de prisión y se ha negado a declarar
  • El hijo, que ha declarado detrás de un biombo para no ver a su padre, dice que sabía lo que hací aproque hasta se puso guantes

El hombre acusado de asesinar a su mujer en 2019 en Fuengirola (Málaga) tras asestarle 64 puñaladas e intentar matar a su hijo de 16 años tras darle dos cuchilladas en el cuello ha asegurado no recordar lo que pasó ni por qué ocurrió, y ha apostillado: "lo digo de corazón".
Decidí salir del dormitorio para ver qué pasaba y al llegar vi a mi madre en el suelo sobre un charco de sangre. Mi padre la sujetaba por los brazos y las piernas mientras la acuchillaba reiteradamente
El juicio con jurado popular ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Málaga y, durante el mismo, el procesado, que se enfrenta a una petición fiscal de 34 años de prisión, se ha negado a declarar porque "prácticamente no recuerdo -ha dicho- lo que pasó".

La defensa del encausado, Juan Manuel Mora, ha señalado que no va a discutir que su cliente cometió los hechos porque es "evidente y absurdo", pero ha asegurado que él no quería acabar con la vida de su hijo y que cuando ocurrieron los hechos tenía anuladas sus facultades y por tanto no sabía lo que hacía.

Ha mantenido que "puede ser autor pero no responsable por muy atroz que sean los hechos" y ha lamentado que a su cliente se le haya tratado como a un culpable.

El hijo del acusado, que actualmente tiene 19 años y que ha declarado detrás de un biombo para no ver a su padre, ha asegurado que su progenitor no solo no está enfermo sino que sabía lo que hacía porque hasta se puso guantes.

Durante su declaración, ha explicado que el día del crimen, el 12 de enero de 2019, sobre las 18.50 horas, el procesado acudió al domicilio y entabló una discusión con su expareja cuando se encontraban en la cocina de la vivienda, pero que él estaba en su dormitorio con los cascos puesto y no escuchaba nada.

En un determinado momento, ha reconocido que escuchó algo pero no le dio importancia y pasado un rato se les escuchaba más fuerte, por lo que decidió salir del dormitorio para ver qué pasaba y al llegar vio a su madre en el suelo sobre un charco de sangre.

"Mi padre la sujetaba por los brazos y las piernas mientras la acuchillaba reiteradamente", ha lamentado tras señalar que todavía se le vienen las imágenes y que ha necesitado ayuda psicológica pero sobre todo necesita tiempo.

Ha relatado a los miembros del Jurado que intentó impedirlo y que ella gritaba, por lo que le propinó varias patadas a su padre en la cabeza al tiempo que le decía "papa no, papa no".

En ese momento, el acusado, se incorporó "me miró fijamente" e intentó matarme en tres ocasiones: me asestó dos cuchilladas en el cuello, a la altura de la vena yugular, ha relatado, aunque lo pudo esquivar y abandonó la vivienda gritando y pidiendo ayuda.

Su padre le persiguió escaleras abajo pero no logró alcanzarlo, por lo que se volvió a la vivienda y cerró la puerta dificultando la posibilidad de que la víctima pudiera ser auxiliada y más tarde huyó del lugar.

El hijo ha reiterado en numerosas ocasiones durante la declaración que su padre sabía lo que hacía: "es muy listo, muy mala persona, pero mi madre siempre intentaba decirme solo las cosas buenas de él".

Ha explicado que durante su infancia no fue consciente de cómo era, pero que a partir de los 13 ó 14 años ya comenzó a detectar los problemas y que "ella sufría maltrato psicológico".

"El solo usaba guantes para conducir, pero el día de los hechos los llevaba puestos, los recuerdo rojos por la sangre", ha indicado, al tiempo que ha dicho que "está claro que no fue un arrebato, lo tenía planeado desde hacía semanas".

La acusación particular, ejercida por Alfredo Herrera, ha destacado que el acusado hasta en cuatro ocasiones se ha negado a que lo vean los especialistas, solo los psiquiatras contratados de parte, por lo que ha pedido "sentido común".

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