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“En el confinamiento nos permitimos burlarnos del tiempo y del espacio”

Entrevista con la escritora Gemma G. Arribas

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  • La escritora afincada en Arcos Emma G. Arribas. -

Pedro Sevilla

ARCOS

Al igual que la lava apagada de los volcanes fertiliza la tierra, parece que el Covid y el confinamiento que han dividido en dos nuestra historia reciente han fertilizado la literatura. Son muchos los autores que explican que durante el confinamiento han escrito las obras que ahora, ya libres de mascarillas, van saliendo a la luz. Es el caso de ‘Abril’, la novela que la profesora y escritora Emma  G. Arribas ha presentado estos días atrás. Sobre esta novela, pero también sobre alpinismo y pintura, hemos hablado esto:

 

Dice el poeta que abril es el mes más cruel y los poetas siempre tienen razón. Usted ha presentado estos días la novela ‘Abril’ que, a lo que parece, no tiene nada de cruel, sino que se trata de una historia de amor. ¿Es así?

– No es este ‘Abril’ cruel, no lo es, y sí se podría decir que es una novela de amor, pero en el sentido más amplio de la palabra. En las páginas de esta novela hay amor al prójimo, a las montañas y los animales, a la música y la literatura, y también a los espacios: a una biblioteca, a un carmen granadino… y a la maravillosa ciudad de Granada en la que se desarrolla la trama.

Sabemos que ha publicado usted otra novela, casi al mismo tiempo que este ‘Abril’. ¿Tan fácil tiene la prosa o es que trabaja mucho?

– Detrás de estas dos novelas, ‘Abril’ y ‘Maresía’, hay muchas horas de trabajo, no puedo negarlo, pero de ese tipo de trabajo que uno hace con gusto, en el que las horas parecen minutos y los minutos segundos, trabajo que no te cansa, sino que más bien te provoca lo contrario: te insufla energía. Para mis tres novelas he tenido que realizar una intensa labor de investigación previa antes de comenzar su redacción. Eso sí, cuando logro empaparme del conocimiento necesario sobre todo lo que rodeaba a mis personajes y a los lugares por los que estos se van a mover, entonces sí, la prosa fluye, y lo hace con mucha rapidez.

Según usted mismo ha comentado esta novela y la otra recién salida de imprenta vienen de la época del confinamiento. ¿Podemos llamarla entonces novela del confinamiento? O, dicho de otra manera: ¿cree usted que al igual que existe la novela de tesis, o la novela de posguerra, podemos hablar ya de la novela del confinamiento?

– Podría ser, por qué no. En el confinamiento que padecimos fueron muchas las actividades que permitieron a las personas burlarse del tiempo y del espacio, por decirlo de alguna manera, siendo sin duda la lectura y la escritura dos ellas. Creo que leer y escribir nos permiten estar en contacto con los demás en un espacio distinto y considero que eso era lo que muchos demandábamos durante los meses en los que tuvimos que estar recluidos. Gracias a ‘Abril’ yo pude pasear por las calles de Granada y, gracias a ‘Maresía’, viajar a la costa oeste escocesa, visitar Edimburgo y navegar hasta las islas del archipiélago de las Hébridas… Dicen que la Literatura en tiempos de confinamiento es un vehículo de comunicación para no sentirse solo y lo creo. Los libros para el lector/a, y los manuscritos para el escritor/a, son buenos amigos en tiempos de pandemia. Además, está demostrado que grandes novelas, narradas por grandes escritores, fueron escritas en momentos de aislamiento. ‘El rey Lear’ y ‘Macbeth’, dos de las grandes obras de Shakespeare, fueron escritas durante el confinamiento que trajo la epidemia de la peste de 1603, por ejemplo. Así que, a tu pregunta de si a mis dos nuevas novelas podríamos considerarlas novelas de confinamiento, voy a darle un sí, con todo mi respeto hacia esas obras maestras de la Literatura que se escribieron en momentos de reclusión.

¿Cómo se ve el mundo desde la altura? No desde la altura del éxito literario, que eso no es más que humo, sino desde lo alto del monte. Lo digo porque es usted una entusiasta y una enamorada del alpinismo, del campo, de las caminatas. Y a lo que parece, su prosa se ha impregnado de esas alturas limpias, de esos horizontes profundos. ¿Es así?

– Amo las montañas y es inevitable que en mis relatos ellas no sean amadas por algunos de mis personajes o incluso puedan llegar a ser las protagonistas, cosa que ocurre en el nuevo proyecto que ya tengo entre manos. Y esto sucede, desde mi punto de vista, porque lo que nos inspira nos conecta en muchas ocasiones con lo que amamos. Creo que las experiencias en la montaña han ido conformando mi personalidad y que mis producciones, sean escritos o pinturas, llevan esa impronta. En las montañas se viven muchos momentos agradables, pero también los hay duros. Cansancio y miedo para conseguir llegar a la cima, para lograr la recompensa que es poder contemplar tanta belleza desde lo más alto, superación personal, confianza en quien camina a tu lado y de quien dependes para cruzar la grieta de un glaciar…, son vivencias que te van marcando y haciendo crecer a nivel personal. Escribir una novela es, además, muy similar a escalar una montaña. Cada montaña es distinta, como lo es cada novela. En ocasiones el caminar es fácil y agradable, pero el cielo puede nublarse y el camino complicarse, como ocurre al escribir, que hay días en los que las palabras parecen brotar de tus manos y otros en los que tu mente está obtusa y ya puedes pasar horas frente al ordenador, o al folio, que eres incapaz de redactar ni una sola línea. Y en ambas hay esfuerzo, pero nunca dolor, porque, tanto en escalar como en escribir, uno sabe que cada vez estas más cerca de la cima y de la recompensa a la que antes me refería. Y lograrla no tiene precio.

La pintura es otra de sus incursiones artísticas. ¿Nos lo explica?

– La pintura es una afición que me ha dado muchas satisfacciones. Al igual que me ocurre con la escritura, las montañas, los valles, los bosques… son la fuente de inspiración de casi la mayoría de mis cuadros; el mar que descubrí cuando decidí vivir en nuestra provincia también. Tengo que agradecer a Fructuoso Sañudo no solo que me enseñara la técnica, sino que me animara continuamente a no abandonar esta actividad. Así, en junio de 2019, conseguí generar material suficiente como para aventurarme a exponer. Y fue una experiencia maravillosa en la que junto a mi gran amiga Leticia Trigueros, profesora de Lengua y Literatura, que ilustro cuarenta de mis óleos con cuarenta poemas cargados de sensibilidad, logramos transformar esa exposición en un poemario ilustrado cuyo título es ‘Tras el unicornio’ y que os invito a leer e interiorizar porque sé que no os quedareis impasibles.

Venda usted su novela. Bueno, ya sabemos que la vende Camachito, pero véndanosla usted aquí, o sea, explíquenos por qué haremos bien si la adquirimos y la leemos. ¿Qué de bueno vamos a encontrar en ella?

– ¿Quieres que una historia te deje buen sabor de boca e incluso llegue a emocionarte? Si dispones de unas poquitas horas para sujetar entre tus manos esta novela, puede que ese milagro ocurra. Date la oportunidad de conocer a Raquel, la curiosa bibliotecaria, a su misterioso profesor de piano, Don Armando Godoy, a Joaquín, Judit y Salvador… y de pasear por las calles de Granada, el último reducto musulmán de la Península. ‘Abril’ desprende amor, eso tan necesario en los tiempos convulsos que corren, y es, por encima de todo, es una historia escrita con el alma y con la mejor de las intenciones. Yo que tú no la dejaría pasar de lado. ‘Abril’ traerá la primavera a tu vida independientemente del mes del año en que decidas leerla.

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