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España

Los retos de Yolanda Díaz para su liderazgo

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tiene por delante una serie de retos a medio y corto plazo tras dar el paso como candidata a las elecciones generales.

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  • Yolanda Díaz, interviene durante el acto 'Empieza todo'. -

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tiene por delante una serie de retos a medio y corto plazo tras dar el paso como candidata a las elecciones generales. Entre los más inmediatos, gestionar el desencuentro con Podemos que no ha asistido a arroparla al no cerrar con ellos un pacto de primarias abiertas.

Pero también tiene por delante intentar concentrar en una misma candidatura a una quincena de partidos que, en muchos casos, ahora son rivales electorales y que competirán por el voto el 28-M, pero consciente de que es uno de los reclamos para dicha campaña, para lo cual deberá tener equilibrios.

Díaz ha congregado en el polideportivo Antonio Magariños a muchos de los líderes de las fuerzas políticas llamadas a ser posibles aliados en una lista única a la izquierda del PSOE, a los que ha elogiado.

Varias de esas formaciones ya han dejado claro su disposición a ser baluartes de Sumar, como es el caso de 'los comunes' e IU, pero también ha recibido respaldo de posibles aliados que ahora están fuera del espacio confederal, e incluso con el caso de Más País que surge de la escisión de Podemos, con los que tendrá que proseguir negociaciones para tratar de forjar una confluencia amplia.

De esta forma, está el bloque que componen Compromís, Más País, Verdes Equo, Proyecto Drago, Chunta aragonesista, Més per Mallorca mantienen una alianza de colaboración pero con estrategias autónomas.

Por ahora, la formación balear es la única que rechaza formar parte del proyecto, pues adherirse a Sumar no forma parte de su estrategia para las generales, pero la sintonía es patente con el resto, que sin embargo de forma mayoritaria quieren negociar después del 28-M.

La tónica general de su discurso es la intención de dialogar en condiciones de igualdad y, en el caso de los partidos de componente regionalista, dejar clara su autonomía y la continuidad de su proyecto en sus respectivos territorios, como ya han enfatizado Más Madrid o Compromís. Por tanto, definir únicamente una alianza electoral para las generales, algo que no se antoja problemático.

También la voluntad expresada por la mayoría de actores es el despliegue de unas primarias abiertas, aunque deberá definirse con el tiempo aspectos técnicos como el censo a emplear o si el formato para confeccionar las listas se basa en un proceso a nivel estatal o se circunscribe por las provincias que componen territorios.

Algunas organizaciones, como el caso de IU, han abogado por definir una mesa de partidos para entre ellas dirimir este tipo de cuestiones, aunque de momento la iniciativa no ha gestado. De esta forma, el criterio de Sumar es conseguir un acuerdo multilateral que certifique unas primarias con todas las garantías.

Sin duda, uno de los objetivos de la andadura de Díaz como candidata será reconducir la relación con Podemos, que se ha desmarcado de este acto al no ver colmado su requisito de pacto bilateral sobre primarias abiertas a todos los ciudadanos.

De hecho, su secretaria general, Ione Belarra, dejó claro ayer que rechazarán cualquier acuerdo de "despacho", como ocurrió en Andalucía con la coalición entre Podemos, IU y Más País, y dejó claro que no quiere un "rol secundario" para la formación morada. Por tanto, pide dirimir el papel de cada organización en esas primarias.

Fue el 15 de marzo de 2021 cuando, de forma sorpresiva, el exvicepresidente Pablo Iglesias la designó como vicepresidenta y futura candidata, debido a su decisión de concurrir al adelante electoral en Madrid ante las dificultades con las que encaraba Unidas Podemos esos comicios.

La idea de los morados era lanzar un modelo de bicefalia en el partido, con una secretaría general que recayó en Belarra, y con una candidata no ligada a la formación y que, ante su alta valoración ciudadana durante la pandemia, revertiera el desgaste que había acumulado el espacio confederal.

No obstante, en su primeros pasos Díaz manifestó que fue nombrada a dedo y en sus primeras intervenciones dejó clara su intención de ensanchar el actual espacio confederal.

En los comicios madrileños de 2021 las relaciones eran normales y apoyó en campaña a Iglesias, pero a partir de entonces los actos con los morados se fueron reduciendo.

Un punto de inflexión fue el acto de 'Otras políticas' que en noviembre de ese año compartió en Valencia con la alcadesa de Barcelona, Ada Coalu, la líder de Más Madrid, Mónica García, y la exvicepresidenta valenciana y miembro de Compromís, Mónica Oltra; sin la presencia de Belarra ni de la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Allí evidenció sintonía con formaciones que ahora son sus potenciales aliadas para abanderar una confluencia amplia pero dicho evento generó malestar a Podemos, como en alguna ocasión ha explicitado el propio Iglesias.

Desde entonces, las relaciones han estado marcadas por el distanciamiento y la vicepresidenta ha estado ausente en la mayoría de los principales foros organizados por el partido morado.

Esa tensión ha aflorado en algunas ocasiones como en la polémica cuando el Gobierno decidió enviar armamento a la guerra de Ucrania al inicio del conflicto, que contó con la oposición del Gobierno mientras que Díaz se desmarcó.

Otro punto conflictivo y que aún resurge en los morados es la tormentosa gestación de la coalición 'Por Andalucía', donde los morados finalmente cedieron en su pretensión de encabezar la candidatura. Ese episodio sigue vivo en la memoria de los morados.

El clima de frialdad prosiguió con apelaciones de Podemos a Díaz para que confirmara pronto sus planes y su candidatura, aunque los morados la reclamaban como su candidata y expresaban su deseo de alcanzar un acuerdo para una candidatura amplia, con otras formaciones.

Sin embargo, un punto de inflexión para Podemos fue la 'Uni de otoño' en la que Iglesias señaló que Podemos y Sumar debían de confluir, pero también exigió respeto para la formación morada. Luego, la cúpula del partido dejó claro que no se iban a integrar en su plataforma y dejaron claro que solo aspiraban a una alianza electoral con Sumar. Todo ello unido a la petición a Díaz para que hiciera campaña por los candidatos de Unidas Podemos a las elecciones del 28M.

Mientras, Díaz también dejó claro que Sumar era "imparable" y el revulsivo para la izquierda, y que en desde luego no era el "complemento de nadie".

Desde las filas del partido expresan incomprensión por esta posición y deslizan sus sospechas de que esa negativa se debe a que el despliegue de esas primarias con lo que trasladan desde otros partidos en las conversaciones que mantienen con Díaz.

Es más, creen que se les está tratando de debilitarles de cara al nuevo espacio y de quitar legitimidad de hacer propuestas de cara a la confluencia de unidad, que sostienen debía haberse dado ya en los comicios del 28-M.

Precisamente esa campaña se antoja un asunto espinoso para Díaz, pues voces de distintas formaciones apuntan que la fragmentación de candidaturas en Madrid, Valencia, Canarias, Asturias o Aragón dificultan su concurso.

Tanto la propia Díaz como su equipo han indicado que no tienen previsto volcarse en esta campaña pero su intención es ayudar y ya ha deslizado su disposición a arropar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Coalu. Por tanto, fuentes afines a Díaz indican que hay que esperar su concurso solo en aquellas plazas donde la izquierda va unida.

No obstante, no se esperan tampoco cambios en la relación con el PSOE tras oficilizar su candidatura, dado que las relaciones con los socialistas son buenas y en distintas ocasiones ha defendido que, pese a ser formaciones diferntes, que hay que cuidar la coalición, dejar el ruido y primar los acuerdos sobre las discrepancias.

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