Según han informado los Mossos, las mujeres eran captadas en Rumanía por hombres que fingían una relación sentimental con ellas y que con la promesa de una vida mejor lograban que viajaran a Cataluña.
Las mismas fuentes han añadido que al llegar a la provincia de Tarragona eran vendidas a un grupo de proxenetas que las obligaban a ejercer la prostitución a pie de carretera. También han señalado que el grupo se comportaba violentamente con las víctimas si se resistían a prostituirse y que continuamente les amenazaban de muerte y sufrían agresiones físicas y sexuales, así como vejaciones de todo tipo.
Las fuentes de los Mossos han añadido que incluso habían llegado a encerrar a una mujer durante cinco días, siendo agredida y vejada constantemen