La detención se produjo a raíz de la denuncia que el dueño de la casa presentó la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Motril, donde hizo constar que desde hacía un mes y medio estaba observando que le faltaban joyas en su domicilio, como varias sortijas, pulseras y cadenas de oro.
Tras iniciarse las investigaciones, los agentes pudieron comprobar que en esta vivienda no había nada forzado, por lo que se sospechó de las personas que tenían acceso a la misma. Al margen del denunciante, su mujer y su hijo, sólo tenía acceso a la cada la mujer que realizaba labores de limpieza un día a la semana, según informó el Cuerpo Nacional de Policía en un comunicado.
Una vez identificada la mujer, el Grupo de Policía Judicial de Motril localizó varios establecimientos donde la detenida había vendido varias de las joyas sustraídas por valor de más de 1.000 euros, las cuales fueron recuperadas y entregadas a su legitimo propietario.