Luciendo un ceñido vestido en tonos melocotón y subida sobre unos peep-toe multicolor con inclaustraciones de turquesa, una sonriente Fergie hizo aparición en uno de los clubes del Belalagio donde la esperaban sus amigos para cantarle el cumpleaños feliz, según recoge la revista People.
El gran ausente de la noche fue el marido de la cantante, Josh Duhamel, a quien no sabemos si su esposa guardó un trozo del alegre pastel de su fiesta en el que no faltó ni chocolate ni unicornio. Eso si dejó algo de tarta Sean Patterson quien se atrevió a chupar el dedo recubierto de nada de la cumpleañera, según revelan las instantáneas de la noche.
Pero que nadie se equivoque. Fergie está más enamorada que nunca de su compañero con quien ya había celebrado su aniversario. Y es que Duhamel la conoce a la perfección y, por eso, le hizo a su esposa el mejor regalo que podía desear: "Nos llevó a mi y a mi madre a cenar".
A sus 36 años, Fergie no sólo sigue teniendo un tipo que muchas quisieran para sí, además atraviesa un muy buen momento, tanto a nivel profesional como personal, de ahí que estos días no le falten ganas de hacer planes: "Lo que de verdad me apetece es pasar tiempo con mi marido y mis perros".
Y es que, según ella misma ha confesado, la pareja acaba de encontrar una nueva afición que parece les está dando muy buenos ratos: escuchar la música de sus infancias.
"Ponemos canciones que tienen un significado para nosotros. Es muy divertido y resulta muy bonito compartir música de tu pasado con alguien a quien quieres tanto porque aprendes mucho sobre esa persona", ha explicado la cantante de Pump It que, para poner la guinda a sus días libres, ha decidido pasar unos días en Dakota del Norte en compañía de su familia.