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La Virgen del Carmen de Antequera, estrenará una estola realizada en Sevilla

Se trata de uno de los trabajos más emotivos según el artista.

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  • Imágen de la estola -
Se amplia el patrimonio cofrade de la ciudad, en esta ocasión, en torno a la Virgen del Carmen de Antequera, talla mariana de gran devoción en la ciudad. El autor de la misma se trata de Antonio Diaz Garnido, nacido en Sevilla y licenciado en Bellas Artes es especialista en Restauración- Conservación de Obras de Arte y Pintura, campos a los que se dedica profesionalmente. Según palabras de su autor, se trata de uno de los trabajos más emotivos que ha realizado a lo largo de su trayectoria profesional añadiendose que es gran devoto de la imagen de la Virgen del Carmen.

La Virgen del Carmen se encuentra dentro del camerín central del altar mayor de la Iglesia del Carmen, una auténtica joya del Barroco antequerano y andaluz. La soberbia talla mariana, atribuida a José de Medina hacia 1745, es la verdadera y principal fuente de inspiración para este proyecto. Además la talla mariana constituye el último vestigio de lo que fue el conjunto Conventual de la Orden de los Carmelitas Calzados en Antequera. Una sucesión de estilos, desde el mudéjar inicial hasta el barroco más puro, dan lugar a un Templo único y de visita obligada. Más aún tras la reciente restauración integral a la que ha sido sometido dicho Templo y todo el patrimonio mueble que alberga, entre ellos la Imagen de la Virgen del Carmen.

Desde el primer momento el artista tuvo claro que la obra seguiría las ricas líneas de estilo de la Iglesia del Carmen, es decir, el Barroco más desarrollado. Teniendo en cuenta esta premisa y el imaginario iconográfico Mariano en general y Carmelita en particular, comenzó a estudiar varios bocetos previos que dieron lugar al diseño definitivo.

El formato del escapulario es alargado y vertical, propicia un gran eje central en torno al cuál se vertebra toda la composición de la obra, realizada completamente al óleo sobre seda salvaje de color marrón, el verdadero color carmelita, obviamente. En la zona superior aparece, a la altura del pecho de la Vírgen, el Escudo de la Orden de los Carmelitas Calzados, que regían la Iglesia Conventual, enmarcado en una cartela. Dicha cartela central está custodiada por dos aves exóticas, concretamente dos loros, que observan el Escudo, y que simbolizan la fidelidad a María y a la Orden. Asimismo flanquean este Escudo el Sol( símbolo de Cristo) y la Luna( símbolo de la Vírgen), que además configuran la imagen de pervivencia de la Orden, a modo de alfa y de omega.

Siguiendo el eje hacia abajo, encontramos una urna de la que brotan elementos vegetales, que se repiten por toda la obra- además de algunos arquitectónicos-, bajo la cuál, también en una cartela, vemos el anagrama de María con una Corona en la zona superior- símbolo del Dogma de la Realeza de María-, sobre fondo de mármol rosado( el falso mármol pictórico es un recurso muy usual en el arte barroco del siglo XVIII, época en la que fue realizada la Vírgen).

Inmediatamente después, y sujetos con dos lazos anudados, se encuentran dos Cornucopias- o Cuernos de la Abundancia-, de las que brotan flores y frutos silvestres, y que en la iconografía cristiana( y también la pagana) simbolizan la fertilidad y la riqueza espiritual. Tras ellos el Lema en latín de los Carmelitas: “ ZELO ZELATVS SUM PRO DOMINO DEO EXERCITVVM”.

En el tercio inferior, jalonado por rosas de Pasión, también muy presentes en toda la obra, vemos uno de los elementos más importantes de toda la obra: la escena de las Ánimas Benditas del Purgatorio. Esta iconografía, tan característica del imaginario cristiano, aparece indisolublemente asociada a la Virgen del Carmen, cuyo Escapulario Redentor es el verdadero Salvador de las Almas. La escena está literalmente tomada de la célebre tabla de Alonso Cano, fechada en 1636 y concebida como banco de Retablo( de ahí sus dimensiones y su formato, 150 x 50 cm., aprox.) para el desamortizado Convento de los Dominicos de Monte- Sión, en Sevilla. Esta obra puede( y debe) contemplarse hoy día en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Como anécdota decir que las llamas y el humo del Purgatorio salen, con cierto toque naturalista, por encima de las hojas que rematan la cartela que enmarca la escena pictórica.

Por último, en la zona inferior, decorada con roleos y elementos vegetales compuestos por hojas, tallos y flores, una Jarra dorada de la que brotan tres Azucenas- símbolo universal de María- sirven de ofrenda floral a la Virgen, de ahí que se encuentre situada a los pies de Ella.

Y en una hoja, escondida entre sus formas, aparece la siguiente leyenda:

“ A MI VIRGEN DEL CARMEN. A. DÍAZ ARNIDO, fecit. Sevilla, MMII”

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