La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, desestima el recurso de casación interpuesto por la defensa, que alegó ante el Alto Tribunal que su patrocinado no tenía la intención de acabar con la vida de la víctima ya que, según argumentó, el arma blanca que utilizó era de "pequeñas dimensiones" y estaba borracho.
M.B., con antecedentes por robo con fuerza, fue condenado como autor de un delito de homicidio en grado de tentativa a cinco años de prisión y al pago de una indemnización de 4.080 euros al agredido. El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería aplicó la atenuante analógica de embriaguez.
Los hechos se remontan al 15 de junio de 2010. Según consta en el fallo de instancia, el acusado se encontraba jugando a las cartas con unos amigos en un cortijo de la barriada de Campohermoso cuando inició una discusión con uno de ellos ya que no se ponían de acuerdo sobre la propiedad de un cigarrillo.
Se inició entonces entre ambos, de origen magrebí, un forcejeo durante el que M.B. sacó una navaja y, con la intención de acabar con la vida de su contrincante, le asestó cinco puñaladas en el torso que le provocaron un neumotórax por entrada de aire que requirió una rápida intervención médica al quedar comprometida la vida de la víctima.
El Supremo considera "lógico y razonable" inferir de los hechos que el acusado tenía la intención de causar la muerte de su compatriota ya que utilizó un arma "mortal" contra órganos vitales, en este caso el pulmón, y asestó los golpes con "intensidad". Subraya, en esta línea, que la intoxicación etílica que padecía no anulaba ni mermaba de forma "notable" sus facultades intelectivas y volitivas.