Desde principios de semana tanto los trabajadores como las trabajadoras del Hospital Virgen del Camino de Sanlúcar, perteneciente a la empresa Pascual y Pascual SA, han comenzado a usar un nuevo uniforme, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo que obligó a la empresa a modificar la vestimenta de sus trabajadoras al considerar que existían “razones discriminatorias”.
La denominada ‘guerra de las faldas’ se originó en el Hospital San Rafael de Cádiz, también perteneciente al grupo Pascual. Sin embargo, un primer fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) les quitó la razón y obligó a llevar falda y cofia, señalando su uso desde hacía más de 15 años y que era un uniforme “cómodo”, además de que el empleador tenía pleno derecho a elegir el uniforme de sus empleados.
El año pasado, el Tribuna Supremo tumbó la sentencia del TSJA señalando que la obligación de las enfermeras de llevar falda, delantal y cofia, frente a los pijamas sanitarios que pueden usar los hombres y mujeres que trabajan en quirófano, era una práctica “discriminatoria” y una actitud por parte de la empresa “no objetivamente justificada”. Según la sentencia, “este vestuario tradicional proyecta al exterior una determinada imagen de diferencias entre hombres y mujeres que no se corresponde con una visión actual”.
En esta ‘guerra’ también se enfrentaron los sindicatos más representativos en la empresa, ya que la causa fue llevada a los tribunales por CCOO, mientras que UGT, sindicato mayoritario, daba la razón a la empresa.
IGUALDAD
Desde el comité de empresa de UGT en el Hospital Virgen del Camino de Sanlúcar, destacan la medida como “un paso más” dentro del Plan de Igualdad firmado hace un año con la empresa. La presidenta del comité, Marta García, señaló a Información la consecución de otros avances en materia de no discriminación “como la regulación en el acceso a las contrataciones y a puestos de responsabilidad, la igualdad en los salarios o medidas de conciliación de la vida familiar”.