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San Fernando

EDITORIAL: Derecho a ilusionarse

Es de respetar la idea de Loaiza de no hablar de lo que no tiene en la mano, pero esa actitud también puede hacer pensar que no tiene claro el futuro.

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La entrevista que el alcalde de San Fernando, José Loaiza García, ha concedido a este periódico, deja claro que los grandes proyectos faraónicos que hasta ahora se anunciaban desde el Ayuntamiento y que en muy contadas ocasiones veían la luz, se han acabado y el presidente de la Corporación y su equipo están más por la labor de dedicarse a una tarea doméstica capaz de llevar la acción del gobierno directamente a los ciudadanos, centrando el poco gasto que se puede permitir en arreglar desperfectos y mejorar equipamientos que no sobrepasen presupuestos razonables.

No es malo dado que San Fernando es una ciudad con pocos ingresos debido a su escaso término municipal, a lo que se unen los recortes de los distintos gobiernos. Y por otra parte, no es la primera vez que esa política, además de satisfacer a mucha gente que han visto su calle arreglada, se pone en prácticca en la ciudad, toda vez que esa forma de actuar le dio tantos beneficios a los gobiernos de Antonio Moreno cuando se le acabó la pólvora que prácticamente se gastó entera en Bahía Sur.

Sin embargo y a pesar de que se pueda comprender la actitud del alcalde ante un panorama de tanta incertidumbre, llama la atención de que se remita a los mismos proyectos sin acabar que han copado la actualidad cada vez más monocorde de la ciudad y lo que es peor, que no haya sobre la mesa ideas claras y proyectos concretos para cuando esta crisis termine.

Es de respetar la idea de Loaiza de no hablar de lo que no tiene en la mano, pero esa actitud también puede hacer pensar que no tiene claro el futuro y la propia interpretación de esa posibilidad supone golpear la ilusión de un pueblo que también tiene derecho a ilusionarse. Aunque no sean tiempos.

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