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La ONU pide una investigación sobre las décadas de "graves delitos" en Corea del Norte

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha solicitado este lunes una investigación internacional sobre los graves delitos cometidos en las últimas décadas en Corea del Norte

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  • Kim Jong Un -

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha solicitado este lunes una investigación internacional sobre los graves delitos cometidos en las últimas décadas en Corea del Norte y ha lamentado que la llegada al poder de Kim Jong Un hace un año no haya supuesto "mejoras" para la "deplorable" situación de los derechos fundamentales en el país.

   "Había algunas esperanzas iniciales de que la llegada de un nuevo líder podría traer algún cambio positivo en la situación de los Derechos Humanos" en Corea del Norte, ha afirmado Pillay en un comunicado. Sin embargo, "un año después de que Kim Jong Un se convirtiera en el nuevo líder supremo, no vemos casi ningún signo de mejora".

   Asimismo, ha expresado su preocupación de que la comunidad internacional tiene puesto su punto de atención "casi exclusivamente en el programa nuclear norcoreano y los lanzamientos de cohetes", cuestiones ambas, ha admitido "de enorme importancia".

   Sin embargo, ha proseguido, "no se debería permitir que eclipsara la deplorable situación de los Derechos Humanos en Corea del Norte, que de una manera u otra afecta a casi toda la población y no tiene parangón en ningún otro lugar del mundo".

   Pillay se reunió en diciembre con dos supervivientes del sistema de campos de detención, en los que se cree que hay 200.000 personas o más. "Describieron un sistema que representa la verdadera antítesis de las normas de Derechos Humanos", ha denunciado, lamentando que se sabe "muy poco" de estos campos y lo que se sabe procede de los pocos norcoreanos que "han conseguido huir del país".

   La responsable de la ONU ha subrayado que "el aislamiento autoimpuesto" por el régimen norcoreano "ha permitido al Gobierno maltratar a sus ciudadanos hasta un grado que debería ser impensable en el siglo XXI" y todo ello sin que el "sistema internacional de protección de los Derechos Humanos" haya tenido "algún impacto positivo" en este país.

CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD

   En los campos de detención, además de castigarse a personas por "actividades pacíficas" como mostrar disensión, se registra un creciente número de "violaciones, incluida la tortura y otras formas de trato cruel e inhumano, ejecuciones sumarias, violación, trabajo esclavo, y formas de castigo colectivo que podrían equivaler a crímenes contra la Humanidad", ha advertido Pillay.

   Las condiciones de vida en los campos "son atroces" con falta de alimentos, "poca o ninguna atención médica y ropa inadecuada", ha agregado, poniendo el caso de una mujer que tuvo un hijo en uno de ellos y tuvo que arroparle con hojas y hacerle una manta cosiendo calcetines viejos.

   Asimismo, "la pena de muerte parece aplicarse muy a menudo para delitos menores y después de procesos judiciales inadecuados, o a veces incluso sin ningún proceso judicial", ha proseguido. En el caso de los que intentan huir y son apresados, "se enfrentan a terribles represalias, incluida la ejecución, la tortura o la cárcel, a menudo ampliadas a toda su familia".

   Pillay también ha considerado necesario "aclarar la suerte de los muchos surcoreanos y japoneses, secuestrados por Corea del Norte durante los años, así como de los incontables civiles en el Sur apresados y llevados al Norte durante la Guerra de Corea, y buscar la verdad, la justicia y la reparación para sus familias".

   Aunque "solo tenemos atisbos de este terrible sistema", Pillay ha considerado que "lo que sabemos debería empujar a la comunidad internacional a actuar". Así las cosas, ha considerado que la comunidad internacional debería "dar un paso más firme hacia encontrar la verdad y aplicar una presión seria para que haya un cambio para esta población de 20 millones de personas asediadas y subyugadas".

   Ya ha habido resoluciones de Consejo de Derechos Humanos y de la Asamblea General de la ONU condenando al Gobierno norcoreano por los abusos pero ha llegado el momento de adoptar una acción más firme, lo que pasa por una investigación internacional independiente, ha argumentado.

   Ante la negativa hasta ahora de Pyongyang a cooperar con los relatores especiales designados por la ONU, Pillay ha defendido que "una investigación en profundidad de una de las peores situaciones de Derechos Humanos en el mundo, pero de las que menos se sabe e informa, está no sólo plenamente justificada, sino que lleva mucho retraso".

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