No se trata de una iniciativa para nostálgicos, para aquellos que se limitan a añorar y a pensar que tiempos pasados fueron mejores pero que no hacen nada para remediarlo. Esta idea parte precisamente del lado opuesto, de ese que reivindica, busca un cambio y une fuerzas para lograrlo.
El propósito de Francisco Díaz y de sus más de 250 seguidores de la página creada en Facebook es reivindicar la línea férrea Huelva-Zafra, esa que cada cierto tiempo vuelve a la palestra de la actualidad política y que durante años ha servido, y sigue sirviendo, de arma arrojadiza entre partidos mientras, paciente, duerme el sueño de los justos a la espera de tiempos mejores.
La Huelva-Zafra vuelve a centrar ahora el debate entre PP y PSOE, pero esta iniciativa va mucho más allá y pide que, al margen de los dimes y diretes políticos, ambas fuerzas estén a la altura de las circunstancias y “lleguen a un acuerdo de una vez, porque no es un capricho de cuatro románticos del tren, sino que estamos hablando de un servicio básico”.
En esta línea, Díaz, maestro de Primaria en un colegio de la capital onubense y defensor de la Huelva-Zafra y del tren como medio de transporte, anima a los seguidores de su página de Facebook a “hacer ver a los poderes públicos, sean del signo que sean, que esta línea debe potenciarse y convertirse en el eje vertebrador norte-sur que la provincia de Huelva necesita”.
Aunque la página, que se creó en julio de 2010, tiene un claro carácter reivindicativo, también persigue “promocionar y disfrutar la línea”. Y no hay más que darse un paseo por ella para comprobar cómo sirve de hilo conductor que bucea por el pasado, el presente y el futuro de la histórica Huelva-Zafra. Gracias a la aportación de los visitantes -en la última semana la página tuvo más de 1.200 visitas-, cuenta con más de 700 fotografías del ayer y el hoy de la línea, como las antiguas estaciones de Gibraleón o Fregenal de la Sierra, antiguos coches de viajeros, billetes de tren de 1932, la construcción del viaducto de las Tres Fuentes, planos antiguos de las estaciones... Y así hasta la actualidad, donde se aprecian los avances logrados en las últimas décadas.
Los retos
No obstante, a pesar de estas mejoras, para Díaz no es suficiente, y por ello enumera las principales necesidades de la Huelva-Zafra: la reducción de los tiempos de viaje, mejorar las vías en algunas zonas y promocionar a nivel turístico y ambiental la línea como alternativa al automóvil.
Este onubense cree que el tema del tiempo es clave. “Si se mejorara la línea, y en vez de tardar dos horas y media de Huelva a Cumbres Mayores, se tardara una hora, la gente se animaría más a coger la Huelva-Zafra”, explica Díaz, a lo que añade que “hay algunas zonas en que la vía está bastante bien, pero en otras no, de ahí que de Huelva a Gibraleón vaya muy despacio, porque la travesía es muy mala, pero una vez se llega a Calañas, el tren coge mucha velocidad”.
También recuerda que el fantasma del cierre de la línea no es reciente, y que varios gobiernos, de uno y otro color político, han barajado esa opción, aunque también han invertido en ella. “La línea lleva siendo cuestionada desde hace muchos años. Ya en 1984, el Gobierno del PSOE dijo que la cerraba, y después salió una normativa que decía que se mantendría abierta hasta la mejora de la N-435. Por contra, desde el 5 de octubre la línea llega a Madrid, es positivo y lo ha hecho el Gobierno actual, y el anterior también gastó dinero en la mejora de la línea, pero sólo se ha llegado al 40%”.
Díaz se muestra rotundo sobre las bondades y beneficios de la Huelva-Zafra. “En un mundo con tantas prisas y accidentes, el ferrocarril es un medio de transporte más económico y relajado, y la Huelva-Zafra permite disfrutar de unos paisajes distintos a los que se puede llegar en carretera: espacios de la Sierra y el Andévalo, además de que es un tren muy cómodo”.
Para este onubense, “todo son ventajas”. Por eso, también ha iniciado una campaña de recogida de firmas, a través de change.org, para instar al Ministerio de Fomento a que no suprima ninguna línea ferroviaria de España. Ya lleva más de 5.000, y no piensa parar hasta alcanzar las 100.000.