Un grupo de alumnos de la Escuela de Arte de Algeciras ha encarnado la renovación del centro y pretende dotarlo de nuevos símbolos adaptados a los nuevos tiempos. Partiendo de un trabajo de clase de Proyectos de Interiores, tres esculturas realizadas con materiales reciclados se ubican ahora en el edificio como estandartes de los nuevos retos que la situación económica plantea al mundo del arte. Una cámara de fotos, un cangrejo ermitaño y un pato de goma lucen ya en las instalaciones del centro.
Divididos en tres grupos de trabajo, el proyecto planteado a los alumnos consistía en la realización de tres obras con los mínimos recursos, simulando un encargo por parte de una empresa, en este caso la propia escuela. Los alumnos debían trabajar con material reciclado.
Tras una lluvia de ideas en la que comenzaron a definirse las distintas obras, la adaptación al espacio y los materiales empleados determinarían después la elección definitiva. Los propios alumnos visitaron el Punto Limpio para hacerse con los materiales: Un tambor de lavadora, un neumático, latas de refrescos, mallas metálicas, bolsas. Casi cualquier cosa al servicio de la imaginación de los alumnos, que han logrado que el proyecto traspase su condición de mero trabajo de una asignatura para convertirse en símbolos, cuanto menos, temporales, de la escuela, para lo que cuentan con anclajes metálicos, si bien debido a los materiales empleados se estima que podrán perdurar alrededor de cinco años.
Espacios señalados
El primer proyecto en llevarse a cabo fue la cámara de fotos, que luce ya en el jardín de la entrada de la escuela. Para su elaboración usaron como base un cartel que se hallaba allí desde la construcción del edificio. De hecho, es el de la constructora que la llevó a cabo. “Aprovechamos el cartel, de color rojo, que era muy feo para transformarlo en una cámara de fotos. Aunque la fotografía no sea de nuestro ciclo, trabajamos mucho con fotos para nuestros proyectos y nos pareció una buena idea”, explica una de las alumnas del grupo que la construyó.
Después de transportar el material “en tres coches”, explica otro alumno, la sala de exposiciones de la escuela se convirtió en el taller donde trabajaron en la cámara. Un tambor de lavadora sirvió como estructura del objetivo de la cámara, que ahora se ha convertido en el elemento más llamativo del jardín de entrada, toda vez que la ya clásica escultura del Quijote montado en la Vespa ha sido retirado para su restauración.
Quizás la obra con mayor simbolismo de las tres sea el cangrejo ermitaño. “El edificio se construyó con forma de espiral porque el arquitecto se inspiró en una caracola. Nosotros decidimos hacer un cangrejo ermitaño porque es el ser vivo que vive dentro de las caracolas”, explica una de las alumnas del grupo que lo ha elaborado. Por ello, la figura, realizada con latas de refresco (de Coca Cola, casi en su totalidad) ha sido ubicada en el patio central, visible desde todo el interior del edificio y que, de manera metafóricas, aparezca dentro de esa gran caracola que representa en sí misma la propia escuela.
La tercera de las obras, a punto de ser finalizada, es un pato amarillo, similar al clásico pato de goma para jugar en el baño. “Teníamos varias ideas, pero cuando decidimos ponerlo en la fuente (en la parte trasera del edificio) pensamos en hacer algo relacionado con el agua”, comenta una alumna del grupo que se ha hecho cargo de esta obra. En plástico amarillo y unas alas elaboradas con malla de gallinero y bolsas de basura, el elemento más llamativo y aún en proceso es la cabeza. Está realizada con un neumático pintado de amarillo. Para el pico han empleado tapas de envases de polvos de cacao.
“Es una nueva generación de alumnos que aporta nuevas ideas a la escuela. Es un trabajo de clase que ha ido a más sólo con la motivación de los propios alumnos”, explica el profesor, que atribuye todo el mérito a los estudiantes, quienes tomaron la iniciativa y han permitido que este trabajo trascienda su objetivo inicial, como ocurrió en su día con la escultura del Quijote en la Vespa, cuya ausencia ahora en el jardín ha dotado de más simbolismo a estas obras como emblemas de una nueva etapa.
Lugar de esparcimiento
La dirección de la Escuela de Arte pretende que el patio central, en el que se ha ubicado el cangrejo ermitaño realizado con latas, se convierta en un espacio de recreo para el alumnado. Por ello se han puesto ya manos a la obra para iniciar los trámites necesarios para solicitar la colaboración de la fundación con la que la firma Coca Cola apoya proyectos artísticos, además del reciclaje. Esta obra, realizada casi en su totalidad con latas de este refresco, encaja a la perfección en ese perfil y con ella presidiendo ese espacio esperan que la compañía de refrescos colabore con mesas, sillas y sombrillas, entre otros elementos, para que el patio central se convierta en ese espacio de recreo.