El fútbol es así, diría aquel. Pues si es así lo cierto es que está contaminado de cabo a rabo, ya que deja de ser lícito que un colegiado de un nivel más que comprobado continúe juzgando y, aún menos, cuando es capaz de invitar a un futbolista a “tirarse” para pitar penalti.
Un árbitro, Muñiz Fernández, que terminó en la ‘nevera’ el pasado diciembre tras la grave polémica que entonces maltrató al Sevilla cuando expulsó de manera casi ilógica a Reyes en Cornellá. Tal y como hizo el sábado en Mestalla, pitando al Betis un penalti de Amaya que no fue y, lo que es peor, expulsando al futbolista en el minuto 15 en una acción cuanto menos rigurosa.
Perjudicó de todas todas a los de Pepe Mel. Explotó al partido y a los esquemas de un técnico que ante estas situaciones no le queda otra que autodenominarse “tontos”. Muñiz tal vez regrese al congelador pero, ¿quién le devuelve ahora al Betis lo robado ante el Valencia?.
Dos meses sin ganar lejos del Villamarín
Cuarta derrota bética en seis encuentros a domicilio desde que comenzara el año 2013. Una cifra, a priori, que deberá subsanar si quiere agarrarse al tren de Europa.
El 3-0 encajado en Mestalla, en cierta medida inmerecido, se ha unido a otros tres fracasos lejos del Villamarín. Rayo Vallecano, Atlético de Madrid y RCD Espanyol conforman el elenco de derrotas, en la que, curiosamente, nu fue capaz de anotar un gol.
Para recordar la última victoria a domicilio hay que mirar hacia la primera jornada del año. El viernes 4 de enero ganaba 1-2 en Zaragoza. Desde entonces, lo más que hizo fue igualar ante la Real Sociedad en la anterior salida. Es decir, 4 puntos de 18 jugados.
