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Jaén

Desprecio a Jaén

Políticos y agentes sociales jienenses siguen sin plantarse ante el desprecio del ferrocarril para Jaén y aparecen como cómplices de este ultraje

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La existencia de unas pésimas comunicaciones es una de las causas más evidentes del enorme atasco de Jaén. Por carretera basta entrar en territorio jienense por cualquier punto cardinal para darse cuenta de que nos encontramos con unas infraestructuras más antiguas, con inversiones muy lentas, y ahora paralizadas con la crisis, y con una situación en la que Jaén lleva todas las papeletas para seguir quedando fuera de las más importantes conexiones, porque nunca fue una apuesta de los gobiernos. Por lo que respecta al aeropuerto virtual la realidad se ha ido encargando, en este caso por desgracia, de ir frenando las impresiones optimistas de algunas ‘fuerzas vivas’, que una vez más pretendían hacernos comulgar con ruedas de molino. En tiempos de bonanza no fue posible y ahora los aires que corren son los de desmantelamiento y abandono, aunque el discurso oficial llegue con eufemismos y mensajes de “racionalización”, si bien este lenguaje lamentablemente lo conocemos y las administraciones que nos gobiernan sólo son capaces de utilizarlo en provincias sumisas donde hasta ahora, y bien que nos gustaría que esta actitud cambiara, parece que da igual todo. El ferrocarril es uno de los signos de mayor desprecio de la política hacia Jaén, trenes que no responden a las necesidades, algunos en peligro de ser suprimidos por falta de rentabilidad sin medir el impacto social, la lentitud pasmosa para una negada Alta Velocidad en mucho tiempo del todo punto inalcanzable, mientras políticos y agentes sociales siguen sin plantarse y aparecen como cómplices de este ultraje.

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