Un puntito. De cruz, tal vez. O incluso más pequeño. Un leve aplauso de más. Un tímido: ¡Olé!, que salga del corazón. Nadie sabe el qué, ni el por qué no. Quizás el sol se nos apagó en menos que Morante hiciera maravillas con el primer y mejor toro de la tarde. Pero, ¿Qué faltó para que el festejo arrancara del todo?. Una terna de lujo, que disfruta de una gran temporada personal. Un encierro bellísimo. Y muchas ganas de toros. Pero la tarde no explotó, y se quedó en un abanico de detalles y estampas que guardaremos para nosotros. Ya está. Ni rompió, ni emocionó. Aunque Morante, dibujó la delicia con el capote sobre el aire que respiramos. Y eso no está pagado.
El de La Puebla tuvo en su lote al mejor toro de la corrida, un negro mulato llamado "Cachero", un astado noble, que se vino a menos al final de la faena. Morante compuso con arte y elegancia el tercio de capote como ya nos tiene acostumbrados. La nobleza y humillación del toro permitieron al diestro realizar una faena con temple y torería, estando muy por encima del animal. Adecuando el tiempo oportuno, sonaron los ¡olé! en la grada con la muleta en mano, alargando y suavizando el recorrido del toro. Estocada casi entera, muy fructífera, con la que Morante se llevó un trofeo.
Nada que ver con el segundo de su lote. Un toro difícil, del mismo pelaje que el anterior, con el que tuvo que ejercer de maestro para enseñarle a embestir al capote. Dejó un pase más suave que la caricia de una madre a su recién nacido. Díficil de ver hoy en día. Arrancaba desde lejos "Harpio", que se tranquilizaba en cada pase de muleta de Morante. Hacía tiempo que el diestro no estaba tanto tiempo delante de un toro que no entrara en sus gustos. Pero Huelva es distinta para él, y eso la gente lo agradece. Tardó en caer el astado tras varios descabellos, y Morante se llevó una sonora ovación del coso de La Merced.
Bravo salió el primero de la tarde de Miguel Ángel Perera, con los piés por delante eso sí. Perfecto el lance con el caballo, en un día de infortunios en el tercio ecuestre. Quite a piés juntos remantando con uno de pecho el pacense. Una faena complicada que supo sacarle a "Bordador" el tejido en su tiempo correcto. Muleta en morro, y a torear. La poca fuerza del astado y el constante cabeceo impidieron la oreja a Perera, que lo remató con una estocada desprendida. Ovación
Con el quinto de la tarde, se vivió un momento agónico para los presentes por caída del caballo de Enrique Peña, "Girasol". Sufrió una profunda cornada en el cuello que inmediatamente fue intervenida en la propia plaza. Supo leerle la carilla Perera en la muleta, donde el temple y la suavidad protagonizaron una corta faena a causa del poco aguante de "Dalai". Dos pinchazos, y estocada entera, provocaron la ovación en los tendidos.
El primero de Alejandro Talavante es de los que no desea el aficionado, ganadero, y por supuesto, el torero. Cabezón, distraído, y con el pitón derecho roto con la madera de las tablas. Nada manejable, que Talavante manejó. Con la izquierda, con gusto y personalidad, metió al púlico onubense en la lidia de "Boletero". Con peligro, pero resistente hasta el final. Estocada entera en una faena más que trabajada. Oreja merecida.
Intocable estilo el que mostró el diestro en el último de la tarde. Toreando sin bajar la muleta, faena de corto recorrido ante un negro mulato que le costaba coger el engaño. Los mejores pases llegaron con la derecha, tandas de mucha clase y valentía. Estocada casi entera y un poco desprendida, que obtuvo una fuerte petición de la oreja, que Juán León Lozano rechazó.
Ficha del festejo
Plaza de Toros de La Merced. Tres cuartos de entrada. Segundo festejo de la Feria Colombina. Seis toros de Jandilla, bien presentados y manejables en conjunto. Morante de la Puebla: Oreja, y Ovación. Miguel Ángel Perera: Ovación, y Ovación. Alejandro Talavante: Oreja, y Ovación tras petición.