El Ejército de Israel ha bombardeado a primera hora de este viernes un objetivo "terrorista" entre las localidades de Beirut y Sidón, en respuesta al disparo de cuatro cohetes desde territorio libanés contra Israel durante la jornada del jueves.
Las Fuerzas Armadas han indicado a través de un comunicado que el ataque "ha alcanzado su objetivo" y han agregado que los pilotos responsables del mismo han regresado al país sin incidentes.
Asimismo, han subrayado que hacen responsable al Gobierno libanés del disparo de proyectiles contra territorio israelí y han resaltado que el ataque del jueves "fue una flagrante violación de la soberanía israelí que puso en peligro vidas civiles".
"Israel no tolerará agresiones terroristas originadas en territorio libanés. El Ejército continuará operando para salvaguardar al Estado de Israel y a sus civiles", han remachado en su comunicado.
La autoría del disparo de los proyectiles ha sido reclamada por las Brigadas Abdulá Azzam, grupo vinculado a la organización terrorista Al Qaeda, según ha informado el diario libanés 'The Daily Star'. El grupo ya había llevado a cabo ataques similares en 2009 y 2011.
Las autoridades israelíes llegaron a activar los sistemas de alerta en las zonas de Nahariya y Acre en previsión de posibles impactos, aunque finalmente no se han registrado daños personales.
Los restos de lo que parecía un cohete destruido han causado daños en siete viviendas y tres vehículos en un pequeño pueblo al norte de Nahariya que también ha sufrido cortes en el suministro eléctrico, según el periódico israelí 'Haaretz'.
Los disparos procedían supuestamente de la zona de Klayaa, al sur de la localidad libanesa de Tyre. Pese a la alarma originada, el general de brigada Yoav Mordechai ha apuntado que 'a priori' se trata de un "incidente aislado" y, por tanto, no se han adoptado medidas especiales ante posibles nuevos lanzamientos.
El Ejército israelí ya había atribuido el ataque a milicianos yihadistas y había desvinculado del mismo al partido-milicia chií libanés Hezbolá, con el que Israel libró una guerra en el verano de 2006. Hace dos semanas, cuatro soldados israelíes resultaron heridos en una explosión en la frontera con Líbano reivindicada por Hezbolá.
Las fuerzas israelíes también han dirigido sus críticas contra el Gobierno de Líbano, al que consideran "responsable" de los proyectiles disparados por "terroristas yihadistas globales", según un mensaje publicado en Twitter.
El Ejército libanés y la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) han abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido. El comandante de la FINUL, Paolo Serra, ha advertido de que el incidente supone una "grave violación" del alto el fuego en la zona.
REACCIONES AL DISPARO DE PROYECTILES
El presidente de Líbano, Michel Suleiman, también ha considerado los lanzamientos como una violación de la resolución 1701 de la ONU, así como de la soberanía nacional, por lo que ha prometido impulsar investigaciones para llevar a los responsables ante la Justicia.
Por su parte, el primer ministro interino, Najib Mikati, ha lamentado este intento de desestabilización y ha confirmado que tanto el Ejército como la FINUL seguirán trabajando para mantener el control de las áreas fronterizas.
Asimismo, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha advertido de que su Gobierno actuará "en todos los frentes" para defender a sus ciudadanos frente a quienes buscan "hacer daño" perpetrando ataques como el de este jueves.
"Vamos a actuar en todos los frentes, en el norte y en el sur, para defender a los ciudadanos de Israel de estos ataques", ha declarado el primer ministro en un comunicado con el que también se ha referido a una posible escalada del conflicto en Siria y a la crisis política egipcia.
En este sentido, Netanyahu ha adelantado que su Gobierno empleará medidas tanto "defensivas" como "preventivas" y actuará de forma "responsable". "Nuestra política es clara: proteger y prevenir. Quien intente hacernos daño debería saber que nosotros también se lo haremos", ha añadido.