Con la burocracia hemos topado. Este año la Fundación Antonia Guerrero se ha encontrado, literalmente, un muro, a la hora de preparar las ayudas a universitarios esteponeros que cada año conceden. Y es que uno de los requisitos para conformar el patronato de esta fundación es que uno de sus miembros sea la maestra con más antigüedad en Estepona. Como se imaginan, cambia cada año y en abril de este año se jubiló. Puestos a conocer quién le sucedería acudieron hasta la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en Málaga, quien habitualmente les ofrece esta información. Pero este 2013 se niegan a facilitarle el trámite, amparándose en que se vulneraría la Ley de Protección de Datos.
El resultado: peligran las ayudas para el curso 2013/2014 porque los estatutos de la Fundación obligan a que la firma de la maestra sea condición indispensable para concederlas. El pasado año un total de 146 universitarios esteponeros se beneficiaron de ellas, destinando 143.498,43 euros del legado a este concepto. Por desglose, la fundación permitió que 82 jóvenes usaran el servicio de autobús ida y vuelta a Málaga; 45 recibieron una ayuda para la residencia y otros 20 disfrutaron de una subvención para sufragar los gastos de la matrícula. La Fundación no está dispuesta a que un trámite administrativo impida otorgar estas ayudas y no se callará.
