La Real Sociedad goleó a un desconocido Osasuna a tres días de jugarse sus opciones europeas contra el Manchester United, en un partido que encarrilaron los dos defensas centrales blanquiazules.
El encuentro tuvo un desarrollo diametralmente opuesto al que auguran los antecedentes entre ambos equipos, que habían disputado partidos en los que la ausencia de gol había sido la nota predominante y habían logrado sólo dos tantos en los últimos cinco lances entre ambos.
El juego del centro del campo y el respeto mutuo condicionaron una primera mitad en la que la grada pedía más y trataba de animar a sus respectivos equipos, con amplia presencia rojilla en Anoeta, que animó incluso cuando la goleada era un hecho.
No hubo casi ocasiones en el primer tiempo, en el que la opción más destacada para los donostiarras llegaría a través del balón parado e Iñigo Martínez estuvo cerca de batir de cabeza la portería de Andrés Fernández.
Los donostiarras dejaron en el banquillo a su artillería más pesada y hombres fundamentales como Xabi Prieto, Bergara o los dos delanteros de referencia, Seferovic y Agirretxe fueron privilegiados espectadores.
Quizás por ese motivo no fue extraño que el gol llegara de hombres defensivos y también a la salida de una falta que conectó de cabeza Ansotegi a centro de Rubén Pardo para batir la portería osasunista.
El equipo que entrena Javi Gracia quedó noqueado con este gol, algo que trató de aprovechar una Real que tampoco podía descuidarse porque los navarros comenzaron a estirarse y tuvieron un acercamiento peligroso en botas de De las Cuevas.
Se esperaba un Osasuna respondón en la segunda mitad, pero tuvo poco tiempo para preparar su respuesta porque los donostiarras, a los dos minutos, de la reanudación lograban el segundo gol, otra vez de cabeza, esta vez del central Iñigo Martínez.
La expulsión de Loties por trabar a Carlos Vela cuando éste se iba sólo hacia la portería visitante allanó definitivamente un camino ya abonado e hizo disfrutar, por fin, a Anoeta después de varios encuentros planos.
Osasuna se hundió con el 2-0 y quedó a merced de una Real que comenzó a bordar el juego y que volvió a marcar en otra jugada a balón parado con tanto de Griezmann, nuevamente de cabeza.
Los donostiarras bajaron un poco el pistón, Jagoba Arrasate introdujo cambios y la Real comenzó a pensar en el compromiso del martes ante el Manchester United, aunque todavía tuvo tiempo para cerrar un marcador holgado con otro buen gol del uruguayo Chory Castro y el del suizo Seferovic en los últimos instantes de partido.