Francisco Javier Torres Clavijo es otro de los deportistas ilustres que ha dado La Isla. Isco, como se lo conoce en el argot deportivo, ha estado dos décadas ligado al fútbol sala profesional. Veinte años en los que ha logrado numerosos títulos jugando en la mejor Liga del mundo de fútbol sala como es la española, además de alcanzar la meta que todo deportista sueña: ser internacional. A los 37 años ha decidido colgar las botas y en la siguiente entrevista hace un repaso a su dilatada carrera y, sobre todo, a lo que le espera a partir de ahora alejado de las canchas y de los focos de las cámaras y de la televisión.
—Recientemente se le ha tributado un homenaje por parte del mundo del fútbol sala isleño y le pusieron como modelo a seguir para los que empiezan. ¿Eso es algo que le ruboriza o le halaga?
—Es un halago sobre todo y significa mucho. Aquí en San Fernando el fútbol sala es un deporte muy seguido y que tengan esa imagen mía para mi significa muchísimo. Es de agradecer que digan esas cosas de uno.
—Y sobre todo deja claro que hay mucha gente que no se ha olvidado de usted después de media vida fuera de San Fernando.
—A pesar de que han pasado muchos años y de que toda mi carrera deportiva la he pasado fuera, lo cierto es que sigo manteniendo el contacto con mucha gente y tengo muchos conocidos. En realidad la práctica totalidad de la gente del fútbol sala de San Fernando y de la provincia de una forma u otra mantenemos el contacto, y está claro que al menos en mi caso no se han olvidado de mí.
—Quizás haya gente que esté viendo esta entrevista y no sepa que usted es uno de los jugadores más laureados del fútbol sala de la provincia de Cádiz o quizás el que más. Tiene un currículum plagado de equipos, títulos y rematado con ocho internacionalidades con España.
—Es un currículum importante, aunque a todo el mundo siempre le gusta haber podido conseguir mucho más. Pero bueno estoy satisfecho con lo que ha sido mi carrera dentro de este deporte y no me importaría seguir ligado a él aquí, lo que pasa es que en esta zona con la situación actual que vivimos tendría que ser de forma amateur , pero no lo descarto en el futuro poder aportar algo más al fútbol sala de aquí porque le debo mucho a este deporte.
—Habrá mucha gente que escuchándolo se pensará que se ha retirado rico...
—Para nada, el fútbol sala no es un deporte que dé para tanto como puedan ser otras modalidades deportivas como es el caso del fútbol, baloncesto e incluso el balonmano. Es un deporte menor del que me quedo con las experiencias que me han enriquecido mucho. En cuanto a dinero le puedo decir que nada de nada, hay que seguir trabajando y formándose porque me quedan muchos años por delante.
—De todas formas me comentaba antes de iniciar esta entrevista que sigue teniendo ofertas pese a haber decidido ya colgar las botas.
—Sí, hay una serie de jugadores que por unas causas o por otras que nos hemos quedado todavía en el mercado y siempre llegan propuestas. Recientemente me ha llegado una de un país exótico de Asia porque hay gente española trabajando allí y supongo que me habrán recomendado. Lo que pasa es que ya tenía la decisión tomada de dejarlo.
—Además esta última temporada ya ha vivido una experiencia en el extranjero, concretamente en Italia, que le ha abierto los ojos antes de volver a marcharse al extranjero.
—La verdad es que sí, porque uno se tiene que desplazar con la familia, tengo dos niñas, la mayor ya va creciendo..., y me da sobre todo reparo por ellas que cada vez tienen más ganas de estar cerca de la familia. Además deportivamente esta experiencia en Italia quizás me haya pillado ya con demasiada edad, no es lo mismo cuando uno se va fuera con poco más de 20 años. No fue satisfactoria cien por cien y no le vi el lado positivo, por lo que decidí no continuar allí.
—Ha estado usted 20 años en la élite y tendrá miles de recuerdos y anécdotas pero, ¿hay alguno que se le haya quedado clavado?
—Es difícil. He conseguido dos títulos importantes y ambos han sido significativos para mi carrera, pero quizás la primera llamada de la selección para mí fue algo que prácticamente ni me la creí cuando me sucedió. Ese fue un momento muy bueno y que me colmó de satisfacción.
—Dice usted que el fútbol sala es un deporte minoritario pero a nivel de selección España y Brasil son las dos potencias por antonomasia. Encontrarse formando parte de ella con el nivel que hay aquí tiene que ser un auténtico subidón.
—Pues sí. Lo cierto es que la verdadera competencia está aquí en el propio país, porque es cierto que en aquella época mandaban o España o Brasil, no como ahora que ya empiezan a asomar la cabeza otras potencias. Además cuando yo iba había muchos más jugadores que ahora peleando por un puesto en la selección, muchos de ellos con un nivel excepcional y estar entre ellos parecía algo inalcanzable.
—Incluso brasileños nacionalizados que se sumaban a esa competencia.
—Por supuesto, y además que ellos aportaban ese plus de calidad que entonces no podía faltar.
—Recuerdo que una vez le hice una entrevista y me dijo que el jugador que más le había impresionado había sido Paulo Roberto, ¿mantiene esa opinión?
—Sí, sobre todo porque estaba en lo más alto cuando yo empezaba, pero lo cierto es que ha habido y hay tantos buenos que es difícil dar un nombre. Luego han ido apareciendo otros jugadores que han hecho grande a este deporte y lo podríamos citar también. Es cierto que cuando me inicie profesionalmente en este deporte el hombre en el que todo el mundo se miraba era en Paulo Roberto aunque tu forma de jugar no tuviese nada que ver con la suya.
—Al principio de la entrevista le decía que recientemente ha tenido un importante reconocimiento por parte del mundo del fútbol sala isleño pero fuera de ahí, ¿ha recibido llamadas a nivel institucional o de otras esferas del mundo del fútbol sala tras anunciar su retirada?
—Yo diría que incluso en el mundo del fútbol sala hoy día es difícil que te hagan un reconocimiento, sobre todo porque se están centrando en otro tipo cosas como puedan ser sacar la Liga adelante y no se le hace tanto reconocimiento a los protagonistas que son los propios jugadores. A nivel institucional aquí en San Fernando como me pregunta, pues no. Pero yo tampoco he sido una persona que haya echado en falta nunca cosas como esas. A lo largo de mi carrera sí que se me han hecho reconocimientos tanto aquí como en el pueblo de mis padres y eso es siempre de agradecer. Yo creo que a todo el mundo le gusta que se le reconozca por el trabajo que ha hecho y más si los ha hecho bien.
—Sobre todo porque usted no ha sido un cualquiera en el mundo del fútbol sala. Quien sabe cuándo volverá a salir un jugador de aquí que sea internacional.
—Bueno esperamos que eso último se cumpla pronto. Está claro que no es fácil y que son situaciones que se dan muy de vez en cuando y a mi me ha tocado vivirlo, pero le vuelvo a insistir en que soy una persona a la que no le gusta mucho alardear de lo que ha conseguido, no soy de hacer mucho ruido.
—Se fue hace 20 años en un época que se podría decir que el fútbol sala isleño estaba viviendo una etapa dorada. ¿Cómo ve la salud de este deporte en La Isla en la actualidad?
—Sé que ha tenido momentos. Hay gente como Miguel Ángel o Carlos Contreras que han seguido manteniendo el fútbol sala y otros muchos, pero cito a estas dos personas porque son con las que he tenido más contacto. Ellos han mantenido vivo este deporte aquí, pero sobre todo a nivel de base. Es una pena que no haya sido posible mantener un equipo senior como el que teníamos por aquel entonces que hubiese servido de espejo para los más jóvenes. Es algo que está pasando de forma generalizada en toda España y es una pena que los jugadores de aquí una vez que terminan su etapa de juveniles no tengan una posible salida a través de un primer equipo que les ayude a salir adelante.
—De todas formas sigue habiendo diáspora de jugadores de La Isla que se marchan a buenos equipos.
—Sí, lo que pasa es que han salido directamente de edad de juveniles a jugar en Primera División. Hay muchos equipos que actualmente no tienen poder adquisitivo para poder fichar estrellas brasileñas y demás y se fijan en jugadores españoles. En el caso de Cádiz como ha habido últimamente equipos que han despuntado en los diferentes Campeonatos de España se han fijado en jugadores de esta zona.
—Lo que hizo usted hace 20 años sí que no era muy habitual, eso de coger las maletas para buscarse la vida fuera de Cádiz.
—Entonces no había tantas posibilidades de ese tipo, pero sí teníamos un equipo en Jerez en División de Honor que para que nos gustaba el fútbol sala era un espejo y tuvimos la suerte de acabar allí. Unos lo aprovechamos y otros no tuvieron esa oportunidad.
—Una vez que usted decide colgar la botas le pasarán muchas cosas por la cabeza, no sólo por lo que ha dejado atrás si no por el futuro que le espera por delante. ¿Cómo afronta un deportista ese cambio de estar en activo a dejar de estarlo?
—La verdad es que es una situación complicada e incluso me habían comentado que podía ser peor, pero la verdad es que yo lo estoy llevando muy bien, sobre todo porque al llevarme tantos años fuera ahora estoy disfrutando de estar aquí en mi casa, en mi tierra, es decir, yo hoy doy un paseo por San Fernando en estas fechas y no me lo creo todavía. Tengo a toda mi familia aquí, a todos mis amigos y la verdad es que más no puedo pedir.
—Usted que ha estado yendo y viniendo durante dos décadas, ¿cómo ve a San Fernando como ciudad?
—La situación no es buena, pero es algo generalizado que hay que intentar sacar adelante entre todos. Por lo demás, aunque yo haya venido de verano en verano, el contacto no lo he perdido.
—Una cosa que le quería preguntar es, ¿porqué ha jugado en tantos equipos de la zona del Levante español?, ¿por algo especial?
—Sinceramente es algo que he pensado muchas veces, pero tampoco sé darle una explicación. Salvo mi etapa en Segovia y un año que estuve en Talavera, el resto ha sido en equipos de esa zona, pero no sé los motivos. A lo mejor no es algo mío sino algo de ellos hacia mí. Quizás por allí les gusta mucho la forma de trabajar de los andaluces.
—¿Antiguamente se ganaba más dinero que ahora en el fútbol sala?
—Cuando se empezaba no, pero sí es cierto que ha habido un momento importante y buenísimo, que era cuando la economía estaba mucho más boyante. eso también se dejó notar en el fútbol sala. Mucha gente se adelantaba a decir que la caída iba a ser grande y así ha sido. El fútbol sala ha tenido que reinventarse y en ello está todavía.
—¿Hay algún jugador de fútbol sala que se haya retirado y que haya podido seguir viviendo de las rentas? , ¿ha habido contratos millonarios?
—Sí que los ha habido en su momento. Ha habido jugadores que han estado muchos años en grandes clubes y me imagino que si han tenido buena cabeza y se han organizado bien, sí que han podido sacar para vivir de esto.
—¿Y ahora como mata usted el gusanillo?, ¿sigue jugando al fútbol sala de vez en cuando o lo tiene aparcado?
—Si le digo la verdad, fútbol sala poco. Salgo a correr, practico pádel y juego un día a la semana con los amigos un partido de fútbol y ya está. De todas formas al fútbol sala me gustaría volver a jugar algún día.
—¿Cree que poco a poco el fútbol sala va recuperando en los medios de comunicación ese papel protagonista que tuvo en su día?
—Sí hombre, es un deporte que desde los inicios siempre ha estado ahí y ha gustado. De momento se sigue apostando por él y yo creo que el actual presidente de la Liga lo está haciendo de una manera correcta, están vendiendo bien el producto y esperemos que poco a poco vaya subiendo de nuevo.
—¿Ha habido algún equipo que le ha marcado más que el resto en su carrera deportiva?
—Es difícil decir uno, puesto que he pasado por varias etapas en unos y otros. Especialmente no, pero en algunos sitios he vivido mejores experiencias que en otros.
—¿El Valencia Vijusa pudo ser uno de ellos?
—Sí, porque más que un equipo era un grupo de amigos, una familia que con mucha humildad, mucho trabajo y mucho sacrificio conseguimos llegar a una final del título de Liga y ganar un Copa, además que había muchos andaluces en el equipo con los que me llevaba muy bien. También pasé muy bueno años en Segovia donde este tres temporadas y el trato fue genial, al igual que en Castellón.
—¿Ha conseguido muchos amigos en el mundo del fútbol sala o eso es complicado?
—Yo tengo contacto con muchos de los que han sido mis compañeros, pero es cierto que lo que es amistad, amistad se pueden contar con los dedos de una mano, eso sí, he de decir que son verdaderos amigos.