La Iglesia de San Antonio precisa de una intervención urgente. Por ahora no corre peligro la seguridad de los feligreses, pero si no se actúa a corto plazo, la parroquia tendrá que cerrarse. Así lo pone de manifiesto el informe elaborado por los arquitectos Juan José Jiménez Mata y Alberto Jiménez Ruiz, a instancias del párroco, Óscar González Esparragosa.
El diagnóstico realizado por el arquitecto indica que el sistema que sujeta los dos muros de la nave central se ha ido deteriorando con el paso de los años de manera que el muro que colinda con la calle Torre se está desplazando, lo que ha orginado una grieta en la nave principal. La solución pasa por reatirantar los tabiques con vástagos de acero, levantar las tejas, reparar toda la cubierta y volver a tejar para impermeabilizar la nave principal. Todo eso conlleva un coste aproximado de 150.000 euros. Una inversión que no tiene la parroquia y que tampoco puede obtener a través de un préstamo, porque para ello hay que contar con unos ingresos mensuales de los que no se dispone. Por eso se acaba de poner en marcha una campaña de captación de colaboradores dispuestos a sufragar la obra. En concreto se han impreso carteles y un cómic, dibujado por Ana Martín Concepción y Juan Antonio Verdía, donde se explica la situación de una forma divertida.
El objetivo de Esparragosa es contar con parte del dinero antes del verano para poder empezar las obras aprovechando el buen tiempo y ocasionar las menores molestias posibles en el seno de la comunidad parroquial, ya que la Iglesia tendrá que permanecer cerrada por un plazo de cuatro a seis meses.
“Ahora no hay riesgo, pero no sabemos si dentro de un año podremos decir lo mismo. Vamos a realizar un seguimiento de la situación, porque en el momento que se detecte un mínimo peligro, cerramos la Iglesia al culto”.
Las personas que estén interesadas en colaborar pueden depositar el donativo en los cepillos de la Iglesia, o suscribirse para hacer aportaciones mensuales.
