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Arcos

Las cuevas de La Horca no gozan de interés arqueológico

Las antiguas viviendas marginales no tienen protección ni en el PGOU ni en la Carta Arqueológica. El equipo de Gobierno PP-Ai-Pro rechaza, pues, las denuncias de un particular y del PSOE

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El Ayuntamiento de Arcos confirmaba este martes que las cuevas afectadas por la obra de Camino de las Nieves no figuran como de interés arqueológico ni en la Carta Arqueológica aprobada por la Junta de Andalucía, ni en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente que data de 1994, ni en el Plan Especial del Casco Antiguo . Con ello, el ejecutivo rechaza las denuncias que partieron inicialmente del investigador histórico José María Pérez Gómez y, posteriormente del Partido Socialista (PSOE).
La polémica tiene su origen en la actuación de la maquinaria de la empresa que ejecuta la obra entre la calle Camino de las Nieves y el Cerro de la Horca, que ha afectado al conjunto de cuevas donde antaño vivieron familias en situación marginal, además de que esas cuevas han sido un chutadero tradicional que ha recuperado recientemente este uso por parte, al parecer, de drogadictos.
El mencionado particular que actuó de denunciante, puso esta actuación urbanística en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que hubiera levantado un informe que no habría tenido repercusión alguna sobre la obra en sí. Al menos, de momento no ha trascendido paralización alguna de los trabajos.
El Ayuntamiento ha tomado la decisión de tapiar las cuevas con piedra, y de forma provisional, para impedir que sean utilizadas por drogadictos o que algunas personas las puedan ocupar de algún modo, además de evitar así algún posible desprendimiento al tratarse de roca de arenisca cuyos restos podrían caer sobre la calle.


Como que la actuación ha sido criticada también por el PSOE, el delegado municipal de Vías y Obras, Sebastián Ruiz, ha señalado que lo que realmente molesta al primer grupo en la oposición es el volumen de obras que el Gobierno municipal ejecuta en las calles de Arcos, y que la oposición, en este caso, se ha valido de la denuncia de un particular para poner en evidencia una obra que goza de todos los parabienes legales y que en ningún momento ha contravenido la Ley, según el delegado.


Su homónimo de Urbanismo, Manuel Erdozain, ha mostrado los planos que indican cuáles son las zonas del término de interés arqueológico y entre las que no figuran el Cerro de La Horca y la parte afectada por la obra de Camino de las Nieves.


Los delegados lamentaron que el PSOE se haya agarrado a este asunto para poner en duda la actuación del equipo de Gobierno y que no utilice otros argumentos para arremeter contra el Ayuntamiento. Es más, de no ser por la crisis que dio al traste con las promociones de viviendas en esta zona, hoy el Cerro de La Horca sería una inmensa mole de viviendas porque así quedaba reflejado en los planes parciales planteados en época de bonanza económica en el Ayuntamiento.
En lo que afecta a la obra en sí, los delegados recordaron que goza de una inversión de 200.000 euros, que está empleando a doce personas a través de una empresa privada y que supondrá “un antes y un después en una de las principales entradas a Arcos de la Frontera”. Sobre el tapiado de las cuevas, aseguran responder a una demanda de los vecinos.


En su denuncia, el mencionado investigador histórico aseguraba que estas cuevas fueron habitadas desde la Edad de Piedra hasta los años ochenta del pasado siglo, y que forman un complejo arqueológico que comprende incluso una mina excavada a pico, como dató en su día el notario y cronista de la ciudad Miguel Mancheño, aunque, por lo visto, esa datación no ha tenido reflejo alguno en los años posteriores hasta nuestros días.


El investigador Pérez Gómez manifiesta que  “en nuestros días nadie le daba la debida importancia porque en esas cuevas vivía gente humilde y a los políticos de Arcos esto parecía que les daba vergüenza”, afirmaba en alusión a las personas que han ocupado esas cuevas como vivienda. Además, el investigador histórico asegura que “algunas de estas cuevas albergan manantiales haciendo más fácil la vida del hombre en este asentamiento, por lo que es fácil imaginarse cómo sería la vida de estos primeros arcenses. Este es el primer origen de la ciudad que más tarde tomaría más fuerza por su emplazamiento para un uso militar, pues Arcos en el siglo XI fue reino taifa y en el XV es la ciudad más activa en la lucha contra el reino de Granada”, con lo cual expone una serie de argumentos que, desde su punto de vista, requieren más atención.


La Ley de Patrimonio dice en su artículo 321 que “los que derriben o alteren gravemente edificios singularmente protegidos por su interés histórico, artístico, cultural o monumental serán castigados con las penas de prisión de seis meses a tres años, multa de doce a veinticuatro meses y, en todo caso, inhabilitación especial para profesión u oficio por tiempo de uno a cinco años”. Sin embargo, el caso de las cuevas no se hubiera violado la Ley al no gozar de ningún tipo de protección legal.


El portavoz de los socialistas arcenses, Isidoro Gambín, había pedido al equipo de Gobierno cuanta documentación esté en manos de los concejales y técnicos municipales y que fundamente esta actuación, y apuntó a un posible “daño irreversible a unos elementos de nuestro patrimonio tan importantes para conocer la historia”.  El grupo había señalado que es competencia del alcalde “velar por el correcto mantenimiento y conservación de los restos arqueológicos de Arcos, respetarlos y darlos a conocer”.

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