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Cádiz

Cádiz es la capital andaluza con más bienes de interés cultural por kilómetro cuadrado

El Catalogo General de Patrimonio Histórico Andaluz registra 57 entradas con esta mención

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Según el Catálogo de Bienes de Interés Cultural (BIC) del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, en Cádiz capital hay 57 inmuebles catalogados con grado de protección. Entre ellos, figuran muchos templos, pero también espacios que tienen que ver con otros menesteres distintos al culto. Muchos son visitables y pueden ser una alternativa de ocio en estos días de verano y descanso. Y es que, como se suele decir, nos empeñamos en salir fuera sin conocer primero el patrimonio propio.

El paseo comienza por la Iglesia del antiguo convento de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa. La orden carmelita se asienta en Cádiz a raíz de que Fray Bernardo San José obtuviese licencia de Felipe V para fundar Cádiz el 21 de Julio de 1737. Seis años depués y en el lugar en que se asentaba la ermita de la Bendición de Dios, se comenzaron las obras de cimentación de la iglesia del convento. Parece ser que en 1751 ya estaba proyectada la fachada. A partir de aquí las noticias desaparecen hasta que en 1762 un documento relata que el 29 de agosto tuvo lugar la dedicación de la iglesia y en él se dice explícitamente que en dieciocho años se ha concluido la fábrica de la iglesia. Aunque la inauguración se demoró por otras razones, parece confirmado que la obra estaba acabada en 1760.

A principios del siglo XIX cuando se proclamó la Constitución de 1812, los Diputados celebraron la misa y Tedeum de acción de gracias en este templo, se celebraron solemnes misas para pedir la ayuda de la divinidad, tanto a la llegada de las Cortes a la ciudad de Cádiz como durante la proclamación de la Constitución. Posteriormente, durante el periodo desamortizador el convento sufrió los exclaustradores. En el siglo XX la Guerra Civil española incidió de manera intensa en él, afectando de manera especial a la iglesia y la sacristía.

Y de un Carmen a otro. El antiguo hospital de Nuestra Señora del Carmen, hoy sede del obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, también está catalogado de Bien de Interés Cultural. El Hospital de Mujeres fue fundado en 1648 con un legado que había dejado Juan de la Just. Según otros autores el fundador sería Antonio Yust, en su testamento otorgado en 1634, encomendando el cargo de cumplir su legítima voluntad al capitán Manuel Lli-Berry, el cual, asociado con unas virtuosas hermanas dedicadas a recoger y asistir enfermas desvalidas, compró unas casas en la calle de la Carne y se las cedió a éstas para que erigiesen el hospital, en 1650 con el nombre de Nuestra Señora del Carmen. Posteriormente, al ser insuficiente este establecimiento, la Doña Jacinta Armengual de la Mota, testó 12,000 pesos para la construcción de un edificio más capaz. Dichas obras comenzaron en 1736 inaugurándose en 1749.

Continuando con el patrimonio religioso podemos dar el salto hasta la Iglesia de San José. La Iglesia comenzó a construirse a extramuros de la ciudad por Torcuato Cayón en el solar donde había existido una ermita y, posteriormente, fue continuada por Benjumeda. Consta documentalmente que en 1784 se estaba construyendo y que se estrenó el 28 de Febrero de 1787. La iglesia se erigió por suscripción popular y la Junta de sanidad contribuyó también, pues el patrono de ciuda, San Roque, era abogado de la peste.

Regresamos al centro histórico para parar en el Oratorio de San Felipe Neri.  Este templo, que perteneció a un primitivo oratorio de filipenses, fue comenzado en 1685 según trazas del alarife Blas Díaz, y se consagró el 17 de septiembre de 1719.
En 1811 las Cortes Españolas que venían celebrando sus sesiones en el teatro de San Fernando, ante la falta de seguridad para sus miembros, debido a la proximidad del ejército francés, decidieron trasladarse a Cádiz. Se decidió que se instalaran en la Iglesia de San Felipe Neri, para lo que se efectuaron obras en el interior del templo para adecuarlo al nuevo uso para el que había sido destinado. La obra principal de las cortes de Cádiz fue la famosa Constitución de la Monarquía Española, que se promulgó el 19 de marzo de 1812. Al haber sido este Oratorio residencia de las Cortes y haberse elaborado en él la famosa Constitución, hizo que los gaditanos considerasen este templo como un monumento a la libertad y estimasen como un supremo honor que los que lucharon por defender estos ideales encontrasen a la hora de su muerte un merecido descanso bajo sus muros, lugar donde se encuentra la cripta.

El Convento de Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo es importante para Cádiz porque alberga a la Patrona de la ciudad pero lo que muchos no saben es que la iniciativa de fundar un convento dominico en Cádiz tiene su origen en las primeras décadas del siglo XVII, si bien fue paralizada ante la tenaz oposición del resto de las órdenes establecidas en la ciudad. En 1643 obtuvo la Orden permiso para establecer definitivamente su convento en la ciudad. Fundamental en su historia fue la atribución de la salvación de la ciudad a la Virgen del Rosario durante las epidemias de finales del siglo XVII y primeros del XVIII, origen de su patronazgo, otorgado oficialmente en 1867. En 1835, el convento fue exclaustrado, abandonándolo la orden de Santo Domingo hasta su restablecimiento en 1890. Durante esta etapa ocupó el edificio una comunidad de monjas capuchinas. En 1931 y 1936 sufrió sendos asaltos, siendo incendiadas sus dependencias en la segunda ocasión.

El Oratorio de la Santa Cueva, ubicado en la calle Rosario es uno de los tesoros de Cádiz más bellos y más desconocidos por los gaditanos. Este Oratorio tiene su origen en la congregación de la Madre Antigua, asociación religiosa que centraba sus objetivos en las prácticas contemplativas y penitenciales. Entre sus miembros se contaba el marqués de Valde-Iñigo, personaje destacado en la vida gaditana de fines del siglo XVIII que financió las obras de la Santa Cueva para que la hermandad tuviese una sede adecuada para sus fines. También él patrocinó las obras de reconstrucción de la contigua parroquia del Rosario, apreciándose en estas empresas un especial cuidado en plasmar las mejores representaciones del arte en su época, por lo que podemos considerarlo un auténtico mecenas.

En la calle Sagasta encontramos otro BIC religioso, como es la Iglesia de San Lorenzo. La construcción de la iglesia de San Lorenzo Mártir, en Cádiz, se debe al patrocinio del obispo Lorenzo Armengual de la Mota con la intención de dotar al barrio de la Viña de una ayuda de parroquia. Esta iglesia constituye una de las muestras más significativas del quehacer artístico durante el siglo XVIII en la ciudad, su etapa de mayor esplendor económico y social. Precisamente la fundación de este templo coincide con el traslado definitivo de la Casa de Contratación y del Consulado a Cádiz desde Sevilla. El templo, construido en el siglo XVIII, es un notable ejemplo de la arquitectura barroca religiosa gaditana. Su construcción se inició en 1722, destacando el barroquismo de su portada principal, así como su torre. De especial interés es la Capilla de la Venerable Orden Tercera de Servitas de María Santísima de los Dolores, cuya construcción comienza en 1763 bajo el diseño y dirección del maestro Diego Ramos y termina, después de varias interrupciones, en 1774 con Francisco Lorenzo Cañete, autor del diseño definitivo.

La Catedral vieja, o Iglesia de Santa Cruz empezó a proyectarse en 1262 tras la conquista de la ciudad. Alfonso X solicita al papa la creación de una nueva sede episcopal para la diócesis de Cádiz-Algeciras, así como la creación de una Iglesia Catedral en honor de Santa Cruz, la cual sirviese también para su propia sepultura. Así iniciado en 1263, parece que el templo se realizó de forma modesta.

La idea de construir la Catedral  Nueva (también BIC) vaunida a la progresiva expansión del comercio americano. Ya en el siglo XVII se intentó levantar un edificio de mayores proporciones en el mismo barrio del Pópulo, pero el proyecto no llegó a término. El momento propicio se ofreció un año antes del traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz, cunado se vivía una etapa muy favorable para la economía de la ciudad. Al logro de esta empresa contribuyó decisivamente el espíritu emprendedor del obispo Armengual. Las obras comenzaron en 1722 según las trazas de Vicente Acero, quien concibió un grandioso templo barroco en el que son evidentes los recuerdos de las catedrales de Granada y Guadix. La genialidad del autor supo darle un aire de originalidad realmente nuevo al conjugar la tradición arquitectónica española con las formas barrocas procedentes de Italia. El continuador de Acero fue Gaspar Cayón y más tarde su sobrino Torcuato Cayón, realizando éste último nuevas trazas para las cubiertas de marcado acento academicista, armónicas con el proyecto.

En el apartado de los BIC que no pertenecen al patrimonio religioso están las Casas de las Cinco Torres, situadas en la Plaza de España. No existen excesivos datos sobre este edificio, sin embargo se puede afirmar que el inmueble debió realizarse con posterioridad a la construcción de la conocida como Casa de las Cuatro Torres, fechada en 1745, por cuanto el barroquismo que despliega ésta queda bastante reducido en aquella. Su construcción se incluye dentro del proceso de reurbanización de la zona formado por el actual Palacio de la Diputación y el Barrio de San Carlos, constituyéndose como entorno de la entrada al puerto conocida como Puerta de San Carlos. A lo largo del tiempo ha sufrido diversas reformas.

Las Casas de las Cuatro Torres, en el barrio de San Carlos, es traza barroca y fue construida entre 1736 y 1745 por iniciativa del comerciante griego Juan de Fragela. Este conjunto homogeneo engloba cuatro casas totalmente independientes, pero concebidas con el mismo espíritu unitario.Responde a la casa típica de comerciantes acomodados. Los cargadores de Indias preferían este tipo de casas por su remate de torres-miradores.

El Hospicio provincial, conocido a día de hoy como el edificio de Valcárcel, permanece cerrado y en ruinas, a pesar de ser un BIC.    Este antiguo hospicio fue habilitado en la época de la constitución de 1812 para albergar las oficinas del gobierno, permitiendo así que las instituciones del reino siguieran funcionando, entre ellas algunas tan importantes como la Casa de la Moneda.
Muy cerquita de Valcárcel otro BIC, en este caso el Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real. La creación de balnearios en las playas gaditanas tiene su origen a principios del siglo XIX, como consecuencia de la llegada de corrientes de influencia inglesa. A lo largo de dicho siglo surgen instalaciones como los Baños del Carmen en la Alameda Apodaca ,y los del Real en la Caleta. Hace unos años fue restaurado, ubicándose el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Y de ahí, a la Plaza Mina, para observar con detenimiento al Museo de Cádiz. Sus orígenes se remontan al siglo XIX en el que se crearon los denominados museos provinciales de Bellas Artes en 1852 y Arqueológico en 1887. El primero alberga las piezas artísticas procedentes de los conventos exclaustrados, y el segundo recoge los hallazgos arqueológicos, a raíz de la aparición del sarcófago antropoide masculino en la zona extramuros de Cádiz. Actualmente, desde su unificación en 1970, cuenta con tres secciones: Arqueología, Artes y Etnografía.
Seguimos el recorrido por la calle Ancha para toparnos con el Palacio de los Mora. La construcción del Palacio de los Mora o de Moreno de Mora se produce en un momento histórico en que la ciudad había empezado a resurgir del declive poblacional de los inicios del siglo XIX. Su inauguración se produjo la noche del 30 de septiembre de 1862 con un gran baile que el Ayuntamiento de la ciudad ofreció a Sus Majestades Isabel II y su esposo Francisco de Asís, con la colaboración de los propietarios de la vivienda.

La Casa del Almirante, otras de las joyas de Cádiz en desuso, ubicada en pleno corazón del barrio del Pópulo. Toma su nombre del rango militar de su constructor. Tiene su origen en 1.685, cuando el capitán Diego Barrios decidió levantar esta casa para residir en ella, en el interior de la antigua villa medieval de Cádiz. La estructura del inmueble apenas ha sufrido transformaciones de envergadura, de modo que se puede considerar que conserva prácticamente su estado original, aunque con un alto grado de deterioro.

Prácticamente toda la Alameda está declarada BIC: Marqués de Comillas, Iglesia del Carmen, Paseo Carlos III, Olivillo y el Parque Genovés. También son Bien de Interés Cultural el Casco Histórico en su conjunto, la muralla urbana del barrio del Pópulo (Arco de la Rosa, Arco de los Blancos y Arco del Pópulo), el Arco del Obispo, la Plaza de Candelaria, la Plaza de Mina, el Castillo de Santa Catalina y el de San Sebastián, el sitio histórico de la Constitución de 1812 (precisamente el último que se incluyó en el registro, en el año 2012).

También son BIC el archivo histórico provincial de Cádiz, la Torre Tavira, la Biblioteca Pública provincial de Cádiz, el Castillo de San Lorenzo de Puntales, el Baluarte de Santiago, el de los Mártires y el de la Candelaria, el Baluarte de San Carlos, el de San Pedro y San Pablo, el de Matadero, y el de los Capuchinos, y el monumento a Segismundo Moret.
La Torre de Torregorda también obtuvo esta protección, así como el Castillo de los Ponce (en este caso un BIC inmaterial conservado sólo por la historia, reflejado en la maqueta de Cádiz y que desapareció), la necrópolis prerromana de Punta de la Vaca, la muralla moderna, el Fuerte de Cortadura, restros de construcción en el Campo del Sur, la Alcazaba, la factoría de salazones romana del antiguo Teatro Andalucía, la factoría de salazón del Baluarte de Santa Catalina, el canal de entrada al puerto de Cádiz, el Bajo de Chapitel, el Aculadero, la Batería de la Segunda Aguada (frente defensivo), y las construcciones y túnel pasadizo de la Plaza de España.

Por último, también son BIC las contraminas y glacis del Frente de Tierra (calle Tamarindos), un edificio de la Neápolis romana del Castillo de Santa Catalina, Piedras del Molino, Punta del Nao, Cepo del Plomo y, como no, el Torreón de las Puertas de Tierra.
En definivita, Cádiz es una de las ciudades con más Bienes de Interés Cultural por metro cuadrado. En apenas 12 kilómetros se concentran casi 60 elementos dignos de obtener esta categoría en su protección. Así las cosas, se convierte en la capital andaluza con más bienes protegidos. Un joyero que concentra buena parte de sus diamantes en el corazón de una caja que se llama centro histórico, por el que es un gusto poder pasear.

Un particular puede ser dueño de un BIC

Conforme a lo establecido en la Ley un Bien Cultural al ser declarado BIC será de dominio público (distinguiendo dominio público de propiedad privada; un particular puede ser propietario de un BIC, pero la Administración protegerá el valor artístico, histórico, espiritual del bien); necesitará autorizaciones para cualquier obra o modificación (tanto en bienes inmuebles -edificios- como muebles -una pintura por ejemplo-, es decir, se necesitará autorización para restaurar una pintura y autorización para pintar la fachada de un edificio BIC); tendrá obligación de facilitar inspección, visita pública e investigación (si el BIC es de propiedad privada, el dueño deberá facilitar su visita determinados días al mes -normalmente 4- por ejemplo, un castillo propiedad de un Conde, éste deberá abrirlo al público ciertos días al mes, previamente acordados con la Administración); tendrá privilegios fiscales, ya que el dueño de un BIC puede recibir ayudas para su mantenimiento, restauración, etc; son inseparables de su entorno e inexportables, ello incluye los bienes muebles (pinturas, joyas), que es ilegal sacarlos del país; desde la incoación del expediente se pueden parar las licencias de obras y en el caso de los inmuebles, será obligatorio redactar un plan especial o protegerlos con cualquier otra figura del planeamiento.

Para que un elemento patrimonial sea BIC es preciso que se incoe un expediente por la administración competente (aunque puede hacerse a solicitud de entidades o particulares). Una vez incoado el expediente, se le aplica al bien patrimonial, con carácter preventivo, toda la protección jurídica prevista en las leyes, el expediente se resuelve por acuerdo, bien del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma, mediante Decreto , bien del Consejo de Ministros a propuesta del Ministerio de Cultura.

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