Una mujer que denunció a su exmarido por haberle amenazado de muerte y haberle insultado con expresiones como "amargada", "loca" o "gorda" ha recurrido la decisión de un juez de Sevilla de archivar la causa al entender éste que se trata de "expresiones groseras y maleducadas" que "por sí solas no pueden desencadenar una respuesta penal".
En el recurso, al que ha tenido acceso Europa Press, el abogado de la afectada combate la decisión adoptada por el juez de Violencia sobre la Mujer número 1 de Sevilla de archivar la causa abierta contra su expareja por un delito de maltrato psicológico y emocional continuado, lo que se ha producido sin que el juez tome siquiera declaración a la denunciante.
El letrado de la afectada relata que su patrocinada "no ha sido consciente de la situación de maltrato psicológico a la que ha estado sometida" durante su relación matrimonial, y que tomó conciencia de ello a finales de abril, cuando su entonces marido le dijo que 'no le rajaba la barriga por respeto a su hijo' y que 'era como un miura y que a la primera no pero que a la segunda entra a matar'.
A raíz de ello, la mujer acudió a un centro de atención a la mujer, donde le dijeron que debía denunciar los hechos, "cosa que no hizo tanto por miedo físico hacia ella como por entender que el hecho de poner una denuncia le iba a perjudicar en sus relaciones con su hijo".
El letrado relata que, en el transcurso de una entrevista con su cliente en su despacho, "y viendo ella la actitud de intransigencia de su marido, se vino abajo y delante de tres profesionales que trabajan en este bufete, entre sollozos, contó la situación de maltrato psicológico continuo que había vivido durante su matrimonio, contando diversos episodios que no eran aislado sino constantes de humillación, vejaciones, falta de respeto y contra sus libertades personales".
"Nunca contó que hubiera sido agredida físicamente por su marido, salvo algunos episodios de pisotones y empujones, de los que no tuvo lesión alguna pero de los que por sí ya han sido condenados en situaciones similares miles de hombres en España", dice el letrado, que añade que, pese a ello, la afectada dijo que no quería presentar denuncia, ya que su entonces marido "le había comentado que la iban a tener por loca, le iban a quitar la custodia de su hijo y no la iban a creer ante la multitud de denuncias falsas de las que conocen a diario los juzgados".
"INSÓLITA" DECISIÓN JUDICIAL
El abogado critica que el juez haya archivado la causa "sin haber practicado diligencia alguna para esclarecer los hechos que se vienen denunciando", ya que "no se han tomado declaraciones a la denunciante ni al denunciado, no se han podido tomar declaraciones a testigos, ni ha sido examinada la afectada por un equipo especializado que valore la situación de maltrato relatada".
A su juicio, "resulta más que evidente que las presentes diligencias deben de continuar para el verdadero esclarecimiento de los hechos", ya que "existen indicios indubitados, o que en su caso deberían despejarse en fase de juicio oral, del delito que se denuncia, debiendo continuar por tanto la instrucción, más aún cuando la víctima es una mujer, a la que no se está brindando la protección adecuada e incluso tampoco a su hijo menor, que ha presenciado varios de los episodios de violencia relatados por su madre".
El letrado considera "insólita, excepcional e incomprensible" la decisión de archivar la causa, pues la misma "demuestra una muy diferente vara de medir, lo que es contrario al más elemental principio de seguridad jurídica, en relación a otros asuntos denunciados de los que incluso ha podido conocer ese mismo Juzgado y otros juzgados de Violencia, asuntos en los que esta representación legal ha tenido que asumir la defensa de otros hombres denunciados, con el solo testimonio de la víctima".
En estos casos, "se ha considerado amenaza, y el fiscal ha pedido un año de cárcel a un señor por decir por teléfono 'si tú me arruinas la vida, yo te la arruino a ti", lo que constituye "un solo ejemplo de los cientos que se podrían describir".
UNA MUJER MALTRATADA NO SE ATREVERÁ A DENUNCIAR
"Si hechos como los expuestos por la denunciante se consideran atípicos y fruto de una mala educación y grosería, nos podríamos ir ahorrando muchos cientos de miles de euros en campañas de sensibilización contra los malos tratos", lamenta.
Y es que, a su juicio, "una mujer maltratada no se va a atrever a dar el paso de denunciar porque, de entrada y sin más, los jueces no se la van a creer y le van a decir que tiene que aguantar esa situación de mal comportamiento de su pareja o marido", y "tendrá que esperar a que el maltrato psicológico se traduzca en maltrato físico con lesiones para que, al menos, tenga derecho a ser oída en declaración".
