El presidente de Afganistán, Ashraf Gani, oficializó hoy en una ceremonia en Kabul la entrega por parte de la OTAN del control total de la seguridad del país a las fuerzas afganas, después de trece años de misión multinacional, la ISAF.
"Me gustaría felicitar a toda la nación, pues hoy nuestras fuerzas de seguridad han tomado la responsabilidad por parte de la OTAN de proteger la soberanía nacional de sus enemigos", sentenció Gani en un acto retransmitido por las televisiones locales.
El presidente afgano tuvo unas palabras para agradecer al comandante en jefe de la disuelta ISAF, el general estadounidense John F. Campbell -presente en la ceremonia-, "la ayuda y sacrificios prestados (...) durante unos tiempos difíciles".
La OTAN, sin embargo, permanecerá en Afganistán desde hoy bajo el paraguas de una nueva misión, bautizada Apoyo Decidido, que mantendrá a entre 3.000 y 4.000 soldados junto a alrededor de 10.800 efectivos estadounidenses en tareas de asesoramiento y capacitación.
Gani aprovechó el acto para tender la mano a Pakistán -aunque no lo nombró- al asegurar que no permitirán "a ningún país extranjero que use el suelo afgano para atacar a sus vecinos", en clara referencia a los ataques con drones de EE.UU. desde su territorio.
El presidente también se refirió a la amenaza del terrorismo global y aseguró que "no hay buenos y malos terroristas, son todos asesinos", por lo que pidió a otras naciones que no protejan a aquellos individuos que atentan en otros países.
Las fuerzas de seguridad afganas están compuestas por unos 150.000 miembros que tendrán la misión de estabilizar un país que atraviesa uno de los momentos más complicados desde la invasión de Estados Unidos y el final del régimen talibán hace trece años.
Los talibanes acusaron hoy al Ejército afgano de matar a 20 personas y herir a otras 65, la mayoría mujeres y niños, tras el lanzamiento ayer de un misil contra una casa en la que se celebraba una boda en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán.
