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Arcos

Dulce Nombre y Santo Entierro culminan una Semana gloriosa

Las diez hermandades de penitencia hacen estación con un gran acompañamiento popular propiciado por el buen tiempo

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  • Procesión del Dulce Nombre. -

La presencia del cuerpo de Jesucristo en su urna de cristal a los ojos de los arcenses cerró una Semana Santa que será recordada por mucho tiempo. Las diez hermandades de penitencial han logrado en este bondadoso 2015 hacer estación penitencial sin el más leve temor a una tormenta pasajera o al frío de otras veces; es decir, que el tiempo meteorológico no ha podido ser más favorable para permitir el desarrollo plástico de las procesiones.


La hermandad que clausuró la Semana puso en las calles un luctuoso cortejo acompañado por feligreses de San Pedro, pueblo en general y devotos de la Soledad en particular. A la sobria cruz de guía de madera le siguió el primer tramo de hermanos de fila vestidos de negro y blanco, delante del paso de Cristo en su urna de cristal. El Santo Entierro de Nuestro Señor mostró un paso exornado con flores multicolores pero con ese inevitable halo de duelo.


En la procesión destacó la presencia de parte de la Corporación municipal dirigida por el alcalde, José Luis Núñez, y una escueta representación de las fuerzas de seguridad.
El palio de Nuestra Señora de la Soledad, mecido en su justa medida por su cuadrilla de costaleros, lució especialmente con una Virgen muy bella y radiante en su candelería ante la benevolencia del viento. El cuerpo que antecede tanto al paso de Cristo como al palio de la Virgen pudo estrenar nuevos ciriales, como también se habría estrenado un juego de palermos para los diputados y se habría estrenado los recientemente restaurados banderines de la juventud cofrade.
En el recorrido, junto a la salida desde la parroquia de San Pedro, uno de los momentos más bellos fue la llegada del palio a la plaza Boticas, donde se giró para mirar al convento de las hermanas mercedarias descalzas.



El paso del Señor fue acompañado por el delicado sonido de la música de capilla y, en el caso de la Virgen, por la banda municipal Vicente Gómez Zarzuela una vez que esta abandonó el desfile del Dulce Nombre.


El Viernes Santo, dentro de su sentido de duelo por la muerte de Jesús, entraña en Arcos un carácter infantil por la cantidad de niños que tradicionalmente ha acompañado a la hermandad del Dulce Nombre de Jesús y Nuestra Señora de la Quinta Angustia. Ambos pasos salieron a las siete de la tarde del templo franciscano para alcanzar una Corredera con mucho público, tanto que recordó a los mejores Viernes Santos…

El buen tiempo seguía acompañando pese a que algunos cofrades y parte del público apenas habían descansado tras la madrugada nazarena. Pero, nada, había ganas de asomarse a la parroquia de San Francisco y admirar el desfile que abre el del Niño Jesús. La del Dulce Nombre y la imponente estampa de su Madre, la Quinta Angustia con el Cristo de las Penas entre sus brazos, ya muerto, repitieron la inmortal escena que hace posible la hermandad fundada en 1541. Durante la procesión, fueron las bandas Vicente Gómez Zarzuela, de Arcos, y la de Nuestra Señora del Juncal, de Sevilla, las que pondría música al cortejo penitencial.

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