Se dice que San Fernando es una ciudad rodeada de administraciones por todas partes, con lo que cualquier proyecto que se ponga en marcha y precise de informes sectoriales procedentes de otras instancias administrativas está abocado a un sin fin de problemas. Pero las cosas pueden llegar a rocambolescas, por llamarlas de alguna forma, cuando se trata de un problema que se soluciona o debería de solucionarse con un poco de buena voluntad política y una simple llamada telefónica. Máxime si puede oasionar un problema de salud pública.
Un curioso conflicto de competencias entre Ayuntamiento y la Delegación de Carreteras propicia que las ratas campen a sus anchas por el Parque del Oeste, en la zona de La Ardila.
Hay siete palmeras nacidas en la linde del Parque con la zona de servidumbre de la autovía CA-33, cuyos troncos están en la zona de servidumbre, justo pegadas al Parque, en la zona de La Ardila y las ramas caen al Parque. Esas palmeras nunca han sido podadas a pesar del enorme volumen de ramas que cuelgan ya hasta el suelo. Semejante cubierta vegetal ha propiciado que allí aniden las ratas. Éstas se alimentan de los desperdicios que quedan tras las numerosas comidas y meriendas que tienen lugar en esa zona, aprovechando las mesas de madera del Parque, informa un vecino a este periódico.
Preguntados los jardineros por qué no las podan, indican que eso deben hacerlo los de Carreteras y reconocen que allí hay ratas. Denunciada la situación al Ayuntamiento, a pesar de haberse abierto una incidencia, las palmeras siguen sin podarse cuando constituyen un problema de salud pública.
"Me comunican que han abierto una incidencia en Medio Ambiente. Se estarán paseando los papeles de una mesa a otra. Es lástima que un Parque como este, que frecuentan muchos isleños, se descuide en asuntos fundamentales. Estos días andan reparando sus bancos, que no lo han hecho desde que los colocaron y tampoco han sido pintados, a pesar de que en mayo se cumplirán 20 años de la inauguración del Parque. El óxido ha corroído su hierro. También están en penoso estado los aparatos de gimnasia colocados en el Parque, a los que les faltan partes metálicas y constituyen un peligro pues pueden cortar a alguien", dice Miguel Ángel Matute.
El espectáculo de las palmeras, cuyas ramas han formado ya auténticas cabañas vegetales, es muy llamativo. Y obviamente, el aumento de vegetación termina siendo una tapadera cada vez más eficaz para la seguridad de las ratas. No así la de las personas. ¿No es más fácil meterle mano primero y solucionar el problema y pelearse después por quién es competente? En este caso, quién es más incompetente.