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Empezar de cero en Alemania: el nuevo destino de 32 jóvenes

Licenciados en Comunicación Audiovisual, recibirán 818 euros mensuales para aprender y trabajar el oficio de peluquera y de carpintero y ayudas para dos vuelos al año

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Luisa Requena y José María Saborido apuran las últimas horas en España antes de poner rumbo a Heilbronn, en Alemania, donde junto a una treintena de jóvenes de Jerez, El Puerto, Sanlúcar, Chipiona y otras ciudades de la provincia se formarán en oficios tradicionales como panadería, albañilería, carpintería, electricista o mecánico, y harán prácticas remuneradas simultáneamente en empresas  durante tres años. Para los seleccionados, esta iniciativa  formativa que promueve la Diakonische Jugendhiulfe Heilbronn  y podría equivaler perfectamente a un grado superior de FP, se presenta como una oportunidad para aprender alemán y, sobre todo, para reengancharse al complicado mercado laboral. Previamente, los 32 han superado un curso intensivo de alemán del que se han examinado desde febrero de forma continua para obtener el B1. Más de una veintena se quedó en el camino. Ahora podrán seguir obteniendo títulos desde la propia Alemania.
Para participar en este sistema formativo dual, en el que durante tres años los alumnos trabajarán 3 días y medio en la empresa y un día y medio asistirán a clases, (incluyendo la formación en alemán), los 32 jóvenes tendrán todo este tiempo una beca de   818 euros netos mensuales y una ayuda económica para dos viajes a Alemania y mudanza entre 300 y 500 euros por vuelo.  Eso sí, el alojamiento deberá correr por cuenta propia, aunque Luisa y José María al ser pareja y vivir juntos creen que podrán salir adelante con 1.600 euros mensuales. Luisa es de Écija y José María de El Puerto. Se conocieron estudiando la licenciatura de Comunicación Audiovisual en Málaga y desde entonces no se han vuelto a separar.  Ahora también volverán a empezar de cero en Alemania cansados de que la crisis les frustre sus expectativas laborales y su independencia económica. Ninguno de los dos podían dejar escapar esta “oportunidad”, a la que han llegado in extremis, pues los dos tienen 27 años, y los requisitos para poder participar en esta acción formativa, además del curso impartido en Jerez, donde se han realizado varias charlas informativas a través de la Agencia de Empleo, es tener edades comprendidas entre 18 y 27 años y haber superado la ESO. Paradojas de la vida, a ella y a su chico les llegaron a decir que estaban demasiados preparados, pero al final han podido reconducir todo.
La última vez que trabajó con un contrato fue las pasadas Navidades durante un mes. Antes lo había hecho en verano, y esta joven no está dispuesta alargar más esta inestabilidad. “Ya no me queda desempleo ni ningún subsidio, he acabado con todo y a casa de mis padres no me quería volver. No tengo ni para pagarme la factura del móvil. Por eso mi familia me apoyó desde el primer momento  porque sabían que yo no estaba bien. Me pasaba todo el día amargada”, explica Luisa, que tiene los lógicos nervios a tan solo días de coger un avión que les lleve a Stuttgart, desde donde viajarán en autobús hasta Heilbronn. “Tengo mucho lío, porque acabo de terminar el curso, pero cuando me paro a pensar me pongo un poco nerviosa; sobre todo porque es una aventura nueva en la que no sabes lo que te vas a encontrar, pero tengo ganas de saber cómo es aquello”. 

“Lo que quiero es trabajar”
Mientras que su pareja se formará en carpintería, ella lo hará en peluquería y estética, al ver que era donde podía encajar mejor “porque siempre me ha gustado mucho el maquillaje de caracterización”, explica. Por eso, los próximos tres años los pasará en un salón de belleza, mientras que seguirá formándose en el idioma yendo al instituto varios días al mes.
  Al igual que el resto de sus compañeros, con los que ha hecho muy buenas migas, se trata de aprender un oficio, sacrificando incluso su vocación, para  prepararse en otra rama y tener un empleo estable. Pero no le pesa. “Yo lo que quiero es trabajar”, advierte.
Además, como explica, siempre tiene  la posibilidad de interrumpir la beca si encuentran otro trabajo sin devolver el dinero. Aún no se han ido, pero ni Luisa ni su pareja se plantean regresar una vez agotados los tres años. “Voy a aprender un idioma y a trabajar y Alemania está a dos horas y media de vuelo”, señala Luisa en plena cuenta atrás para emigrar. ¡Mucha suerte chicos!

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