Camas sin hacer, aseos sin limpiar, malos olores...hasta nuevo aviso lo único que no peligra en Suite La Marquesa, el centro residencial de mayores mayores gestionado por Geriátricos Urbanos y concertado con la Junta, es la atención “directa” de los profesionales a los 204 usuarios. Una asistencia que desde las doce de la noche del pasado lunes se ha ralentizado debido a la huelga indefinida que ha iniciado la plantilla por los impagos de las nóminas. Según explican fuentes del comité a este medio, Geriátricos Urbanos les debe seis nóminas, al haber cobrado fraccionado el mes de julio, y no haber percibido junio, agosto, septiembre ni las pagas extraordinarias de 2013, 2014 y 2015,lo cual ya han denunciado en los juzgados.
Hartos de esta situación, el personal, compuesto por 120 trabajadores, se ha cansado de dar oportunidades y ha iniciado paros en la totalidad de los departamentos: desde enfermería, auxiliares, limpiadoras, hasta cocina y lavandería. Tan solo llevan 24 horas, pero el comité avisa que esto no ha hecho más que empezar y que los abuelos empiezan ya a quejarse. “A los abuelos encamados hoy (por ayer) no se les ha levantado, y a los que sufren trastorno de conducta no se les ha trasladado a otro sitio como solemos hacer”, precisa. Otro de los detalles en los que ya se aprecia la huelga, según indican desde el comité, es la higiene. “Las habitaciones no se han hecho y no sabemos cómo vamos a tapar esta noche a los abuelos porque tampoco hay sábanas limpias. La limpieza y la lavandería es lo que más se va a notar y el menaje de cocina estos días también va a ser desechable, lo que también ha motivado las quejas de los usuarios”, alertan.
El último intento por frenar la huelga se produjo el lunes en el Sercla. Lo último que saben es que Vitalia, la nueva empresa que se comprometió a hacerse cargo del centro en septiembre, tiene este jueves una reunión en Madrid de la que dependen los flecos para cerrar un acuerdo. La plantilla lo tiene claro: no darán marcha atrás a menos que les paguen dos nóminas atrasadas. “Llevamos cinco años así; estamos hartos de esperar, lo que queremos es que esto se termine de una vez . Los abuelos están pagando sus cuotas y ellos mismos se indignan y nos preguntan cómo no cobramos si ellos pagan”, señalan desde el comité, que cifra la deuda de la empresa con el Ayuntamiento en un millón de euros.