Así lo ha acordado la sección tercera de la sala de lo penal de este tribunal en una sentencia en la que considera probado que los hechos ocurrieron el 28 de junio de 2007, cuando Urretavizcaya salió de la prisión de Nanclares de Oca (Álava) para asistir al funeral de su padre, que se celebró en Elorrio (Vizcaya).
Durante el oficio religioso, añade el tribunal, el acusado estuvo custodiado por agentes y acompañado de familiares y a la salida del acto fue trasladado al vehículo policial, trayecto durante el cual recibió “efusiones de paisanos”, a lo que respondió “alzando los brazos al grito de ‘Gora ETA’”, que repitió tres veces.
El tribunal considera que “no hay organización previa en estos hechos, sino que es un “incidente” producido al término de un acto autorizado.