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Viernes 05/07/2024  

Huelva

La Junta autoriza el marisqueo de la coquina en la zona de producción de la Barra del Terrón

Con mayor margen de maniobra cuentan los mariscadores de la chirla, que disponen de vía libre a día de hoy para faenar en cinco puntos del caladero onubense, Isla Canela, la Barra del Terrón, Punta Umbría, Mazagón y el espacio marítimo de Doñana

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La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía ha autorizado también la captura y comercialización de la coquina, así como del resto de especies --almeja chocha, busano, cañaílla, longueirón y navaja-muergo--, en la zona de producción de la Barra del Terrón después de que el sector ya contara desde un día antes con luz verde para la extracción de la chirla en estas mismas aguas.

   La decisión se ha tomado después de que los continuos análisis que realiza el Laboratorio de Control de Calidad de los Recursos Pesqueros de Cartaya hayan constatado la desaparición de la biotoxina DSP en los ejemplares de todos los bivalvos en este punto del litoral onubense y, por consiguiente, la ausencia de riesgos para la salud por su consumo, ha informado la Junta en una nota.

   Con esta medida, el sector de la coquina ve ampliadas sus posibilidades extractivas a tres puntos del caladero onubense. Además de en la Barra del Terrón, que permanecía cerrada desde el 29 de diciembre, los profesionales con licencia dedicados a este bivalvo de especial interés comercial para la economía de la provincia pueden desarrollar su actividad en estos momentos en las aguas de Isla Canela y Punta Umbría.

   No pueden hacerlo, en cambio, a causa de la presencia de la presencia de la DSP, en las zonas de producción de la Desembocadura del Piedras (desde el 11 de diciembre), Mazagón (desde el 17 de diciembre), Matalascañas (desde el 14 de enero) y el espacio marítimo de Doñana (desde el 11 de enero).

   Con mayor margen de maniobra cuentan los mariscadores de la chirla, que disponen de vía libre a día de hoy para faenar en cinco puntos del caladero onubense, Isla Canela, la Barra del Terrón, Punta Umbría, Mazagón y el espacio marítimo de Doñana.

   Sólo está prohibida la captura y comercialización de esta especie, también por la presencia de la biotoxina DSP, en el enclave de Matalascañas (desde el 14 de enero), lugar en el que, al igual que en el resto de zonas, se volverá a autorizar la actividad en cuanto se certifique que la ingesta de este bivalvo no entraña peligro alguno.

ENCLAVES PERMITIDOS

   Junto a estos enclaves, también está permitido el marisqueo en las zonas de producción del río Guadiana, las Marismas del Guadiana-Carreras, el río Carreras, las Marismas del Piedras e Isla Cristina. Unos puntos en los que se pueden extraer desde las almejas babosa, fina y japonesa hasta el berberecho, el longueirón, la navaja-muergo o el ostión, así como, en el último caso, el mejillón, que cuenta con autorización para su captura y comercialización desde el pasado 11 de enero.

   La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural recuerda, en este sentido, que el cierre preventivo de los caladeros cuando se detectan valores superiores a los establecidos legalmente se enmarca dentro del Programa de Control y Seguimiento de las Condiciones Sanitarias en las Zonas de Producción de moluscos bivalvos, gasterópodos y equinodermos del litoral andaluz. El objetivo es la protección de la salud pública y garantizar la calidad sanitaria de los productos pesqueros.

   En la misma línea, desde este departamento de la Junta de Andalucía se incide en que el marisqueo sin licencia está prohibido en cualquier momento y conlleva una sanción de carácter "grave", calificación que en el caso de que la actividad se desarrolle en una zona de producción cerrada por motivos sanitarios se eleva a "muy grave".

   Las sanciones por el incumplimiento de estas prohibiciones pueden oscilar entre los 301 y los 60.000 euros para las personas que capturen moluscos bivalvos sin autorización (sanciones graves) y entre los 60.001 y los 300.000 euros para quienes desarrollen esta actividad en un caladero cerrado por la presencia de toxinas (sanción muy grave).

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