La colonia de buitre negro de Sierra Pelada, en Aroche (Huelva), se ha consolidado en 2015 como la mayor de Andalucía con 105 parejas, diez más que la temporada anterior cuando se redujo un 6 %; sin embargo, al mismo tiempo, es la zona de cría más amenazada de Europa al darse condiciones de vida pésimas.
Así se resalta en el último censo de esta especie protegida desarrollado por el Proyecto Buitre Negro -integrado por la Fundación Bios y en la asociación ecologista Ándalus- y la Junta de Andalucía durante el año 2015, al que ha tenido acceso Efe.
Las 105 parejas nidificantes del 2015 representaron el récord de esta colonia, no obstante, el aumento poblacional registrado por Sierra Pelada los últimos años es el más discreto de entre las grandes colonias españolas de esta especie.
Entre otros datos poblacionales del año 2015, destaca que 24 parejas nidificantes, el 23 % del total de las existentes ese año, nidificaron sobre nidos nuevos, una fracción muy alta que, como otros años, refleja la inestabilidad de esta colonia, ya que significa que muchos nidos ocupados el año anterior quedaron vacíos cuando esta especie, caso de no sufrir perturbaciones, los reutiliza durante décadas.
Esta muestra de inestabilidad queda refrendada porque las parejas que criaron en estos nidos nuevos del año 2015 no son inexpertas, ya que tuvieron un éxito reproductivo del 75 % que es mejor que el registrado en los nidos tradicionales (el 65 %).
El informe del Proyecto Buitre Negro destaca además por ser "la zona de cría del Buitre Negro más amenazada de Europa" por la gran mortalidad producida los últimos años como consecuencia de envenenamientos y por el estado del hábitat de nidificación que sigue siendo el más deteriorado de Europa.
Con relación a los venenos, en el 2015 una pareja de buitres negros encontrados muertos sobre su nido el día 30 de abril dio positivo a malatión, un organofosforado legal utilizado como producto plaguicida que produce inhibición del enzima colinesterasa y cuyos síntomas son escalofríos, temblores musculares, convulsiones, parada cardiorrespiratoria y muerte; a los que se suman otros casos.
En cuanto a las malas condiciones del hábitat de nidificación, derivan tanto de las repoblaciones de eucaliptos y pinos, que cubren miles de hectáreas que representan la mayor parte de Sierra Pelada, como del manejo muchas veces inadecuado de estas explotaciones forestales.
Además, desde hace varios años la Consejería de Medio Ambiente ha abandonado los planes, consensuados con el Proyecto Buitre Negro, para la recuperación del hábitat de cría de esta especie en Huelva.
En lo que se refiere a los fracasos reproductivos, se siguen produciendo en Sierra Pelada un gran número de ellos, en concreto, en el año 2015, 34 de las 105 parejas nidificantes perdieron su único huevo o el pollo.
El 26 % de estos fracasos se produjeron por derrumbe del nido por causas naturales, molestias de origen humano, veneno o muerte de un adulto por causa indeterminada; el restante 74 % de los fracasos reproductivos en el 2015 se debieron a causas desconocidas.