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Huelva

A la cárcel por cortar rabos y orejas de diez perros sin sedarlos

Responsable de un delito de maltrato animal doméstico; además, se le impone un año de inhabilitación especial para el oficio relacionado con animales

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  • Un perro -

El Juzgado de lo Penal 1 de Huelva ha condenado a seis meses de cárcel al propietario de al menos diez perros a los que cortó orejas y rabos, sin ninguna asistencia veterinaria y sin sedarlos, para prepararlos para la caza mayor.

Lo ha hecho en una sentencia de conformidad con la que se ha resuelto el que es el primero de los juicios derivados de la operación Ears, que se saldó con 32 detenciones -seis veterinarios y 26 cazadores- en la provincia de Huelva por realizar mutilaciones a perros.

Según ha informado a Efe fuentes judiciales, se considera a esta persona responsable de un delito de maltrato animal doméstico y le impone, además, un año de inhabilitación especial para el ejercicio de oficio, profesión o comercio relacionado con animales.

Asimismo, se ha acordado la suspensión de la pena condicionada la realización de un curso de protección de animales.

Se considera probado que el acusado, en fecha no concretada pero inmediatamente anterior al 10 de noviembre de 2014 en la finca El Casco, de Cumbres de San Bartolomé (Huelva), procedió por sí mismo, sin ninguna asistencia veterinaria, ni sedarlos de alguna forma a cortar las orejas (otodectomía) y los rabos (caudectomía) a una decena de perros.

Dicha operación habitual para perros de caza debe realizarla un veterinario anestesiando a los animales y extremando el cuidado para evitar daños sobre todo en la columna vertebral.

El acusado la realizó en vivo, sin suturar ni limpiar debidamente las heridas.

El día 10 de noviembre agentes del Seprona inspeccionaron el lugar y al ver el estado de los animales, con heridas en "carne viva", infecciones y larvas vivas, muestras de dolor y rehusando el contacto humano, denunciaron los hechos.

A consecuencia de las lesiones y examinados los perros por el veterinario de la OCA de la Sierra Occidental el 6 de febrero de 2015, se comprobó la absoluta incorrección de lo realizado, las heridas, cicatrices e infecciones de los animales, como la mayoría presentaban incontinencia urinaria por la caudectomía y uno de ellos dolor crónico a la palpación por posible neuroma.

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