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El llanto y la soledad de María Santísima cierran un mágico Viernes

Dolor y sentimiento se fundieron en la tarde noche del Viernes Santo en la estación de penitencia de la Hermandad de María Santísima en la Soledad.

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  • Viernes Santo - La Soledad -

Dolor y sentimiento se fundieron en la tarde noche del Viernes Santo en la estación de penitencia de la Hermandad de María Santísima en la Soledad. El broche fue puesto a la jornada de una manera estupenda. La salida y la recogida, por el difícil acceso a la Iglesia de la Merced, se convirtiendo en unos de los momentos más esperados donde los horquilleros tuvieron que actuar al milímetro.

Nadie quiso perderse la última estación de penitencia del Viernes Santo.  La Hermandad de María Santísima en la Soledad desprendió belleza y recogimiento en su desfile. La plaza de la Merced, a la hora de la salida, albergó a gran cantidad de personas para ver la imagen de María Santísima de la Soledad envuelta en dolor tras la muerte de su hijo y llorando bajo una cruz ya vacía.
La dificultad del desfile procesional reside cada año en el momento de la salida y la entrada a la Iglesia de La Merced. La escalinata tiene que ser sorteada con maestría por sus 70 horquilleros, los aplausos son muestra cada año del buen trabajo.
Sentimiento, emoción y devoción durante todo el itinerario el cual ha estado acompañado por la Música de Capilla de Sevilla. Con su estación de penitencia puso fin al mágico Viernes Santo, ya se trabaja de cara al año que viene.

 

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