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Jerez

La primera piedra decisiva

La primera piedra de la reordenación de la plaza Belén debe ser la primera de muchas que se necesitan para recuperar el centro de Jerez

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  • Plaza Belén -

Recordaba este lunes, cuando observaba las obras del nuevo hotel que se va a abrir en calle Corredera y me hacía un mapa de cómo será la encantadora Plaza de Las Angustias con el cincuenta por ciento de su contorno peatonal, las palabras de don Ángel Romero Castellano, párroco de la de San Miguel que pasará a ser emérito el próximo día 10 de septiembre, el pasado jueves en la soledad del sagrario del templo que da nombre a uno de los barrios más señeros de la ciudad.

“Cuando llegué era la parroquia más envidiada de la Diócesis. Tenía doce mil habitantes y ahora no llega a los dos mil. El barrio se ha vaciado por completo. En los años 70 tenía dos extremos, uno de personas humildes y el otro, calle Caballeros, Pedro Alonso o Corredera, donde vivían familias económicamente poderosas que se volcaban con la parroquia. No había problemas. Hoy quedan personas mayores y se ven las calles vacías, casas que se están cayendo.  Me da pena ver cómo está el barrio”. Y abundaba en su reflexión sobre el casco histórico, sobre el centro urbano de la ciudad que   “ha cambiado una barbaridad desde que yo llegué hace más de cuarenta y cinco años. Ahora está muerto. Calles enteras vacías, casas que no se rehabilitan”.

Y sentenciaba que “esto no  no va tener remedio en cinco días. Para rellenar  el casco antiguo habrá que trabajar mucho y esperar mucho tiempo”. Pero la primera piedra, digo yo, habrá que ponerla algún día y cuanto más pronto mejor y, por ello, quiero que esa primera piedra que el Gobierno Municipal que preside Mamen Sánchez va a poner en la plaza Belén de cara a su reordenamiento sea una primera piedra decisiva, que sea la primera de una continuidad de inversiones que hay que realizar en un centro al que un día determinados representantes municipales, dejaron morir; un centro que se perdió en favor de esa burbuja inmobiliaria que miró hacia intereses propios y nunca hacia los de la ciudad; un centro que debería ser santo y seña de  Jerez y que se ha despoblado de forma peligrosa, con barrios, como el entorno de San Mateo, que parecen haber salido de una etapa bélica, con calles totalmente destrozadas...

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