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Arcos

Un Belén de carne y hueso

Arcos ha sido una fiesta navideña por todo lo alto con su impresionante Belén Viviente. La recreación habría superado las 20.000 visitas

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  • Belén Viviente de 2017. -

El público ya se ha aprendido la lección: hay que entrar con tiempo en el Belén Viviente para no aguardar las colas que inevitablemente se forman a las puertas del acontecimiento. Ello provocó que a las cinco y media de la tarde el número de visitantes se contara por miles en el recinto monumental de Arcos. A la espera de una valoración definitiva, todo apunta a que el Belén superó las veinte mil visitas que la organización esperaba horas antes.

La primera imagen fue una abarrotada calle Corredera, donde algunas asociaciones montaron una serie de puestos para vender productos de la zona, especialmente dulces típicos y buñuelos, como fue el caso, por ejemplo del centro ocupacional Juan Candil. A eso que las primeras autoridades municipales dirigidas por el alcalde, Isidoro Gambín, daban por inaugurada la recreación a la altura de la Cuesta de Belén, donde se lució la primera escena del recorrido: la Visitación.

Desde la Anunciación a María hasta la sede de la Alcaldía fue un embudo de público que se dio cierto respiro al alcanzar la plaza del Cabildo, que un año más lució su Tierra de Labranza, escenas pastoriles con protagonismo de los animales -ovejas, cabras y asnos- y, ya en la calle Escribanos, la bella estampa de la panadería.

Había mucho más que visitar y el público se fue adentrando en el casco antiguo para presenciar las llamadas Buscando Posada, La Fragua, la Boda Hebrea, el Palacio de Herodes, la Fiesta del Nacimiento y, por supuesto, el Nacimiento en sí. El hermoso recorrido se cerró con escenas como Las Costureras, Cena de Pobres y Palacete Real, entre otras muchas hasta un total de 32.

 La escenificación movilizó a más de 200 vecinos que hicieron de figurantes, sobre todo del casco antiguo, componentes de distintas hermandades y asociaciones, así como grupos de amigos que vienen perpetuando la tradición de participar en el Belén Viviente.  

Las miles de personas que llenaron el casco antiguo fue además un hecho económico que la ciudad aguarda con el lógico interés, pues visitantes y vecinos se dejan lo suyo en los comercios de la localidad, sobre todo en los bares y restaurantes, que en ocasiones tuvieron serias dificultades para atender la avalancha.

Entre las curiosidades de la jornada, se vieron varias furgonetas que trasladaron al municipio a un importante grupo de monjas para presenciar la recreación. Otro aspecto esencial en torno al Belén fue el impresionante dispositivo de seguridad, en el que participaron Policía Local, Protección Civil, Guardia Civil, Bomberos y servicios sanitarios, y no solo para garantizar la entrada y, llegado el caso, la evacuación del casco antiguo, sino también para regular el tráfico. En este sentido, se pudo ver un llano de la feria completamente inundado de vehículos, al igual que el contiguo parking de autocares, lo que da una idea de la cantidad de personas que, desde otras localidades, se desplazaron a Arcos.

Para presenciar el Belén Viviente, si cabe, con mayor tranquilidad, la organización dividió la avalancha humana en la calle Corredera en varios grupos, para que la visita al casco antiguo gozara de cierto orden y sentido.

Por ahora, el Belén Viviente de 2017 ha dejado un grato sabor de boca a la organización, a la espera de los datos definitivos de seguridad, aunque todo apunta a que, pese a la cantidad de visitantes, ha sido un belén tranquilo en líneas generales por el buen funcionamiento de los dispositivos y el buen comportamiento del público.

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