Rafael Álvarez 'El Brujo' pondrá en escena 'Autobiografía de un yogui' el próximo viernes día 8 de junio en el Teatro Villamarta, un espectáculo que toma como referencia la obra homónima del yogui y swami hindú Paramahansa Yogananda, a quien se le considera impulsor de esta técnica en Occidente y que llegó a Estados Unidos en los años 20.
“Está conectado con mi vida porque está basado en un libro que significó un cambio personal”, señaló El Brujo sobre su último espectáculo. “No estoy hablando sobre un texto que he cogido de un gran escritor que vende mucho, como pueden ser Cervantes o Shakespeare”, explicó.
Publicado por primera vez en 1946, la lectura del libro de Paramahansa Yogananda tuvo un fuerte impacto en El Brujo. “Me abrió un campo que me impulsó, en el sentido del crecimiento interior, y de esa búsqueda de la paz relacionada con la mística del yoga”, aclaró.
Aunque reconoce que, al menos en España, la obra de Yogananda no es tan conocida, el actor ha condensado sus 700 páginas en un espectáculo que divide en dos planos: los relatos autobiográficos, por un lado; y las impresiones que a él como lector le provocan esos pasajes, acompañado por la música de un sitar.
“Es un espectáculo que si no es curativo, es estimulador de la curación”, precisó el actor. A su juicio, existen una serie de “influencias nocivas” en el mundo que vivimos -el fanatismo islámico, las tensiones políticas o el cambio climático- que El Brujo contrarresta con su propuesta escénica a modo de homenaje a Yogananda.
En su opinión, la historia que cuenta Paramahansa Yogananda en 'Autobiografía de un yogui' es “entrañable, humana, sencilla y de gran belleza”. Y se mostró convencido de que “la sabiduría, el encanto, la magia, la luz y el amor de este relato” llegará al público.
Un relato sobre las andanzas místicas del afamado yogui que, sobre la escena, tendrá el sello indiscutible de El Brujo. Y es que el actor llevará a los espectadores de Lucena a Benarés; de la infancia de Yogananda a la suya propia; de la India a una sesión parlamentaria. Por supuesto, con su inconfundible sello interpretativo.