El tiempo en: Sanlúcar

San Fernando

Treinta años pidiendo suelo militar y luego no saben cómo gestionarlo

La única vez que desde el Ministerio de Defensa pidieron al Gobierno local un proyecto viable no había ni proyecto ni inversores que aseguraran su viabilidad.

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
  • La última ocurrencia ahora que cambia el Gobierno de Madrid.

La liberación de los 1,3 kilómetros de playa aún afectados militarmente comprendidos entre la laguna de Río Arillo y la actual zona de baño, que cuenta con una longitud de 2,5 kilómetros. La reubicación del campo de tiro y  retomar el diálogo para la puesta a disposición de parte del suelo del acuartelamiento de Camposoto para su desarrollo turístico.

Esas son las tres demandas de los andalucistas al nuevo Gobierno socialista en Madrid. O peor todavía, aprovechando que hay nuevo Gobierno en Madrid, como si los gobiernos de Madrid hubieran tenido alguna influencia en las cosas del Ministerio de Defensa.

Al menos para beneficiar a San Fernando; para perjudicar ya se llevaron la Escuela de Infantería de Marina a Cartagena y la unidad de operaciones especiales del Tercio de Armada y centralizaron toda la Flota y sus servicios en Rota. Con argumentos de peso, pero sin contrapartidas.

Los andalucistas –que ahora son Andalucía Por Sí (AxSí) con muchos de los mismos y algunos nuevos- llevan una moción al Pleno en ese sentido y en la exposición de motivos tienen la respuesta a lo que están pidiendo.

Cronología y puntualizaciones

En agosto de 1989 quitaron las alambradas de la playa y años después se desplazó la línea de tiro. El 4 de agosto de 2000 la Dirección de Infraestructuras del Cuartel General del Ejército de Tierra sacó a concurso las obras para la construcción de una galería de tiro cubierta en el interior del cuartel de Camposoto. Las obras tenían un plazo de ejecución de catorce meses y un presupuesto de 230 millones de pesetas.

Finalmente, la galería no se construyó porque el Gobierno local se opuso, junto a las asociaciones de vecinos y otros colectivos por la liberación de Camposoto, al considerar que esa galería hipotecaba la futura desafectación del suelo donde el Gobierno de Antonio Moreno tenía pensado construir un campo de golf de ocho hoyos, equipamiento turístico de moda en la época. Y viviendas de las caras, por supuesto, que eran los tiempos del ladrillo y los grandes proyectos.

En un nuevo hito, el Ministerio de Defensa accedió en el verano de 2005 a la ampliación de un kilómetro más de playa en dirección a Torregorda y ese mismo verano se procedió a la limpieza sistemática de toda la zona aunque en los últimos tiempos y sobre todo tras los temporales de marzo se ha demostrado que el sistema era manifiestamente mejorable.

Mientras tanto, en estos años pupulaban los proyectos faraónicos para la zona, sobre todo cada cuatro años y siempre sobre el papel.

En 2010 el Ministerio de Defensa adjudicó una nueva galería de tiro de fusilería cubierta en la Clica que permitiría eliminar los dos campos de tiro existentes en la ciudad. Se trata de una instalación de cien metros de largo, que contó con un presupuesto de más de ocho millones de euros.

En principio el uso de este nuevo equipamiento, unido a desplazamientos a las instalaciones de Defensa en El Retín para las prácticas con armas de largo alcance, hubiera abierto las puertas a la liberación del tramo de playa, pero lo cierto es que las prácticas de tiro se han seguido sucediendo de forma habitual, reconocen los andalucistas.

Negociaciones sin negocio

En este mandato se ha abierto un diálogo –tan ‘fructífero’ como los anteriores- con la Dirección General de Infraestructuras del Ministerio de Defensa sobre estos temas vitales para el futuro de la ciudad.

El pasado mes de octubre el Ayuntamiento mostró su predisposición a firmar un convenio de colaboración con el Ministerio de Defensa para la reubicación del  campo de tiro del acuartelamiento de Camposoto basándose en un informe –más que informe era una posibilidad para ponerla sobre la mesa- del propio Ejército de Tierra que “abría esta posibilidad si el Ayuntamiento se comprometía a asumir el coste de una galería de tiro abierta en el interior del acuartelamiento”.

O sea, que además de eso, poner la cama porque ahora, como en 2002, equivale a hipotecar la desafectación de esos terrenos una vez más, precisamente los únicos aprovechables para establecer la punta de lanza del aprovechamiento de la zona del litoral.  

Sin contar con esa circunstancia fundamental, la alcaldesa, Patricia Cavada, se lanzó a la piscina diciendo que el Ayuntamiento estaba dispuesto a pagar esa galería de tiro a cambio de recuperar el campo de tiro a pie de playa y convertirlo en aparcamiento. Caro, pero aparcamiento.

“La autoridad política de Defensa debe sensibilizarse con la necesidad del pueblo isleño sobre la ampliación de su playa. El cambio en el Gobierno Central nos lleva a insistir y a recordar al Estado su importancia”, dicen los andalucistas de ahora. O sea, lo que vienen repitiendo desde hace 30 años sin éxito, sea el Gobierno que sea el que está en Madrid.

Pero lo peor es que después de consentir en hipotecar el suelo del acuartelamiento con una galería de tiro en vez de insistir en la desafectación total de los terrenos –los andalucistas se vieron obligados a defender su mantenimiento cuando gobernaban con José Loaiza (PP), igual que lo hicieron hace muchos años en la política habitual de sí pero ahora no- piden que se libere suelo, justamente al lado mismo de una batería de tiro del Regimiento de Artillería de Costa número 4.

¿Y luego qué?

Hasta ahora Defensa sólo ha ofrecido al Ayuntamiento 17,08 hectáreas en el entorno del Cerro de los Mártires, en gran parte afectadas por la catalogación arqueológica, ofrecimiento que el Gobierno local rechazó por motivos obvios.

Pero lo que es peor,  es que desafectados en 2003 los polvorines de Fadricas, todavía no hay allí más que matojos mientras que la otra desafectación en los suelos de Janer sigue el mismo camino que Punta Cantera.

Es verdad que en las instalaciones militares de Camposoto el RACTA-4 y el CEFOT ocupan sólo 350.000 metros cuadrados del millón de metros cuadrados que está afectado. Pero no lo es menos que los Gobiernos socialistas en Madrid pidieron insistentemente a los andalucistas que gobernaron San Fernando durante dos decenios que presentaran un proyecto viable para el suelo de Camposoto y nunca lo presentaron. Sólo recreaciones artísticas en las elecciones por parte del Partido Andalucista y los socialistas, más sofisticados, imitaciones de la Ribera Maya. Pero inversores detrás, nunca.

Y claro, las últimas respuestas de Madrid fueron que los terrenos que antes estaban disponibles para acoger un proyecto viable, ya no lo estaban. Y así siguen porque en el 95 del siglo pasado lloraban para que no se fueran los militares de Camposoto y volvieron a llorar en 2016. Con gente así mejor hacer lo que hay que hacer a la espera de que se aclaren, que dirán en el Ministerio de Defensa. Donde, por cierto, cuando hay dinero, venden. O al menos se lo piensan. No como ahora.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN