Como si el autónomo ya no pasara por un calvario derivado de la intrínseca incertidumbre de su actividad, la Administración pública actúa en ocasiones como un freno. Es lo que le está ocurriendo al empresario de Arcos de la Frontera Santiago Saborido Carrera, propietario desde hace la friolera de 14 años del considerado “uno de los mejores chiringuitos de España”, según algunas publicaciones especializadas en el ocio veraniego.
Desde entonces, El Dorado se ha convertido en un clásico de la temporada estival, un fenómeno no solo conocido por los asiduos a la extraordinaria playa de El Palmar, sino por madrileños, catalanes, vascos... y gente de toda Europa que encuentran en este rincón de la provincia gaditana un remanso de paz y, al tiempo, de disfrute total.
Su caso es para llevarse las manos a la cabeza, pues no ha habido año en el que el Ayuntamiento de Vejer no le haya puesto reparos para inaugurar su chiringuito, aunque finalmente consiguiera abrir sus puertas y alargar la temporada de negocio para “no perder”, que es de lo que se trata. Este año no es diferente, y a estas alturas, cuando todo el mundo comienza a tomar vacaciones y a vivir el tiempo libre de la mejor forma posible, se encuentra a la espera de que el Ayuntamiento le dé el sí, aunque ha encontrado un rayo de luz o de esperanza ante las manifiestas diferencias técnicas sobre la apertura de El Dorado.
Lo que hay en juego no es poco, comenzando por una plantilla de 50 trabajadores que cubre un amplio horario de apertura durante los siete días de la semana. Y es que un negocio de esta envergadura no se puede permitir perder ni un solo día de apertura. Solo se salvaría si, recibido el permiso oficial de las administraciones implicadas, le dejasen “alargar” la temporada durante el mes de septiembre. Y es que el verano ya va casi por su ecuador...
Sin embargo, el caso de El Dorado no es el único en El Palmar, porque hay alrededor de once o doce establecimientos en la misma situación, lo cual afecta no solo a los chiringuitos, sino a otros pequeños negocios que suministran material, artículos y productos a los bares y restaurantes, amén de la oferta de viviendas para trabajadores que también se vería mermada.
Un futuro incierto
El emprendedor, conocido como ‘Gandano’ por el apodo familiar que lleva con orgullo, siente con preocupación el futuro de su empresa, de la que ha vivido y vive, y a la que ha entregado un enorme sacrificio, tanto por la inversión que le ha supuesto como por la ilusión que siempre le motivó. Al traste podría irse incluso un exquisito programa musical, pues el empresario suele cerrar con artistas de primera fila una serie de conciertos y actuaciones para animar El Dorado. Este año, por cierto, iba a dar gran protagonismo al flamenco, con un cartel de primer orden. Ello supone contactar con decenas de artistas de todo tipo, hacer una previsión económica y cuadrar fechas. Todo, de momento, está en el aire...
La ambigüedad en ocasiones de las leyes, las distintas posturas y proceder de los técnicos suponen a veces una barrera contra los intereses empresariales. En este sentido, el emprendedor se cuestiona por qué un año sí y otro no, cuando las leyes teóricamente no cambian de la noche a la mañana. Pero lo cierto y lo fijo es que un verano sin El Dorado no es un buen verano, y eso lo saben miles y miles de clientes y amigos de este singular chiringuito de playa.
