La flota pesquera europea, especialmente la de España, vive amarrada y con incertidumbre las primeras horas sin acuerdo vigente entre la UE y Marruecos, cuyas negociaciones se espera que fructifiquen en ayudas que palíen los efectos del paro temporal.
El acuerdo de pesca firmado entre Marruecos y la UE en 2014 expiró el pasado sábado, tras casi cuatro años de vigencia, y la diplomacia europea y marroquí han sido incapaces de cerrar uno nuevo que entrara en vigor al finalizar el anterior, por lo que la flota se encuentra amarrada sin fecha para salir de nuevo a faenar y sin saber las ayudas que recibirán y ni cuándo.
Es este un acuerdo relevante para España ya que, por ejemplo, en lo que va de año el sector pesquero había hecho uso de 49 licencias (35 barcos andaluces, 10 canarios y 4 gallegos), lo que dio empleo a 534 tripulantes, 107 de los cuales son marroquíes.
Fuentes cercanas a las negociaciones confían, no obstante, en que esta semana haya avances en Bruselas porque las partes "están optimistas".
Una de las áreas clave es de índole política, ya que la firma estará supeditada a conseguir una fórmula aceptable sobre las aguas del Sáhara Occidental: conviene recordar que el Tribunal de Justicia Europeo dictaminó el pasado mes de febrero que esas aguas no son de soberanía marroquí. Pero en Rabat, esta soberanía es "una línea roja" y lo relevante es que es en esa zona donde se concentra más del 90 % de las capturas de la flota europea.
No obstante, las partes parece que también han acercado posturas en este asunto, lo que beneficia la consecución de una nueva firma de protocolos en los que, obviamente, quedarán reflejados partidas económicas, especies a pescar y cantidades capturadas.
A la espera de la firma, España ya ha movido ficha y su ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha confirmado hoy que ofrecerá ayudas a los armadores y tripulantes afectados por esta paralización temporal de las actividades.
El presidente de la patronal pesquera europea (Europêche) y secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, explicó que la paralización de la flota europea podría prolongarse porque, pese al cierre de un futuro acuerdo, se requiere un proceso de ratificación que podría durar entre seis y doce meses. Garat instó a que se aceleren las gestiones para que los barcos afectados reciban ayudas del Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP).
Desde Andalucía, una de las regiones más afectadas, su consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, confía en que las negociaciones sean "positivas" aunque admite que la situación actualmente es "complicada".
Al puerto de Barbate (Cádiz) pertenece la mayor parte de los pesqueros que utilizan este acuerdo para faenar en aguas marroquíes y el presidente de los armadores de este municipio, Tomás Pacheco, admite que tenían "asumido" que se llegaría a este paro a pesar de que habían pedido "por activa y por pasiva" la prórroga hasta que se alcanzase uno nuevo.
Una posición muy similar mantienen desde la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (Facope), cuyo presidente, Manuel Fernández, ha considerado que la situación actual "sobrecargará" de pesqueros el Golfo de Cádiz, algo que "se hubiera evitado firmando una prórroga", si bien confía en que el nuevo pacto "llegue más pronto que tarde".
El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia oriental de Canarias, Gabriel Jiménez, confía en que la situación se reconduzca pronto porque, de lo contrario, los pesqueros directamente afectados -fundamentalmente la flota atunera de Lanzarote- van a necesitar ayudas.
El acuerdo que acabó el sábado permitía el acceso a un máximo de 126 buques de la UE (un centenar españoles) a la zona de pesca de Marruecos en el Atlántico para capturar especies pelágicas y demersales, a cambio de una contrapartida económica por parte de la UE de 30 millones de euros anuales y más otros 10 millones que aportan los armadores.