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“El Santiscal debe tener sus propios presupuestos y trabajadores”

La falta de soluciones a las inundaciones que sufre la barriada es una de las principales quejas que transmite el presidente de los vecinos, Antonio García

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  • El presidente de El Santiscal, Antonio García, analiza la situación de su barriada. -

Antonio García ostenta desde hace siete años el cargo de presidente de la Asociación de Vecinos de El Santiscal, un tiempo en el que, asegura, no se han dado soluciones a los principales problemas que sufre la barriada, que cuenta con 480 vecinos más que Jédula. El dato no es gratuito, pues viene a recordar -expresa el presidente- la importancia poblacional de El Santiscal como la primera barriada arcense con casi 2.000 habitantes aunque doble su población en los meses de verano.

Su trabajo como presidente no viene siendo fácil, pues el hastío y los años pesan en su junta directiva, hasta tal punto de haberse quedado con “cuatro gatos” para orquestar todo un proyecto vecinal. Los ingresos de la asociación se vieron mermados al dejar aparcadas actividades como el montaje de una caseta en la velada de la barriada. Pero sobre todo, indica, la falta de respuesta a los problemas de la comunidad vecinal es hoy por hoy el gran pesar que sufre el colectivo.

Presidente, tiempos nuevos, problemas viejos...
–Tenemos problemas históricos, entre ellos y quizás el más importante sea el de las inundaciones que sufre la barriada. Llevamos batallando con este problema desde hace más de ocho años y todavía, parece mentira, nadie nos ha dado una solución, sólo palabras que no conducen a ninguna realidad. Este año, por fortuna, no ha llovido tanto y no se han repetido las inundaciones, pero el día en que la lluvia venga fuerte puede ocurrir una desgracia. Desde que soy presidente, al igual que toda la junta directiva, venimos reivindicando un arreglo.

También tienen quejas con el tráfico de vehículos...
–Efectivamente. La velocidad está limitada en toda la barriada, pero parece ser que hay vecinos desaprensivos que pasan de las normas. Pero también he de indicar que los contenedores de basura han supuesto una importante barrera visual provocando por su ubicación algunos accidentes de tráfico. También en relación a las infraestructuras, soportamos un alumbrado público que no es acorde con los tiempos que vivimos; un alumbrado antiguo y peligroso en determinados tramos debido a la antiguedad de las farolas. Hay un proyecto para renovar todo el alumbrado de la barriada por fases, pero de momento no se ha hecho nada. A ver qué pasa. También se habló del soterramiento de líneas de teléfono y eléctricas, y aún persiste esta situación sin que las compañías responsables tomen cartas en el asunto.

La comunidad vecinal pone también el acento en la situación de los acerados...
–Es otra reivindicación casi histórica, sobre todo en el tramo comprendido entre el club deportivo privado de la barriada y la zona de la depuradora de aguas. En ningún momento se ha arreglado este tramo que está dejado de la mano de Dios.

Aunque sea privado, la barriada sigue sin desarrollar su actual centro comercial. ¿Qué opina al respecto?
–La parcela que está al lado del centro comercial supone una mala imagen para la barriada. Está sin vallar y solo sirve para que en verano se trabaje para quitar las malas hierbas, amén de ser un auténtico lago en época de lluvias. El centro comercial tiene carácter privado y su mantenimiento y cuidado dependen en gran medida de la aportación de las empresas allí instaladas, aunque creo que el Ayuntamiento se podría implicar de alguna forma para darle un sentido más estético. Otra demanda que me hacen llegar los vecinos, y que tampoco es nueva, es el embellecimiento del tramo entre el canal de riego y el colegio de la barriada con un jardín en condiciones.

Una barriada con muchas mascotas y propietarios poco concienciados en la recogida de excrementos...
–Todos los vecinos vemos a diario cómo los excrementos de perros y gatos llenan nuestras calles. Con independencia de las tareas de limpieza del Ayuntamiento, que se efectúan aunque no tal vez con la intensidad debida, los vecinos deben entender que en El Santiscal vivimos todos y que todos tenemos derecho a pasear por sus calles sin pisar los excrementos. Además, mucha gente utilizada la barriada para la práctica deportiva y ésta no es la mejor imagen ni lo más saludable. Y, por expresar otra queja, numerosos vecinos emplean los contenedores de basura para depositar los restos de poda cuando hay un servicio para ello. Por desgracia, el remedio tendrá que ser la sanción para que los contenedores se usen correctamente. No obstante, los contenedores deben ser colocados correctamente cuando se realiza la recogida de basuras y también deben ser limpiados con mayor regularidad.

¿Cómo valora la seguridad en la barriada?
–Cero patatero. Le hemos transmitido a los últimos alcaldes que falta seguridad. Cito como ejemplo que Jédula, con menos población, tiene un policía fijo durante las mañanas. La seguridad aquí debe ser permanente, para hacer la ronda nocturna, para velar por la entrada y salida del colegio... Si no hay medios, que se contrate seguridad privada como se hace en otros lugares.

 Y todo en una barriada que presta un gran servicio al resto de Arcos...
–Ese es otro motivo por el que deben mejorarse los servicios, porque en verano acogemos a cientos de personas que vienen a disfrutar de la playita, de nuestras terrazas, restaurantes, hoteles e instalaciones deportivas. Da pena ver cómo está el pesquero, donde las ratas campan a sus anchas. El Santiscal debe tener su propio presupuesto y sus propios trabajadores como los tiene Jédula. Nuestra barriada tiene más habitantes que Jédula...

Creo que también andan molestos con los servicios que se prestan a la juventud.
–En El Santiscal hay una población infantil y juvenil muy importante. Sin embargo, los jóvenes no tienen un lugar de esparcimiento. Me refiero a esas edades donde no pueden entrar solos en los bares. No hay un centro social para ellos, así que se suelen reunir en la plaza haga frío o calor, al aire libre. Además, los jóvenes, sobre todo los estudiantes, tienen que soportar un horario irregular de la biblioteca, que no tiene unos horarios establecidos y rigurosos. Tampoco tenemos un servicio de autobuses acorde con las necesidades ni una parada de taxis.

Problemas, insisto, viejos en el tiempo.
–Los hemos tratado con todos los equipos de gobierno. Hace un año convocamos a todos los partidos políticos para el tema de las inundaciones. Todos ellos se comprometieron a hacer gestiones y buscar el dinero, pero después de un año nadie nos ha contestado. Ningún partido se ha dignado a hablar con nosotros a cuatro meses de las elecciones. Los partidos deberían contar más con las asociaciones vecinales.

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