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Jaén

Miran a la capital con el deseo de ser barrios

En 'Un paseo por los barrios', los puentes y los asentamientos urbanísticos en Suelo Urbano No Consolidado

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Un paseo por las zonas residenciales del extrarradio.

 

En el término municipal de Jaén aún hay zonas residenciales que no tienen la consideración de barrios y por lo tanto, carecen de los servicios básicos, a pesar de pagar sus impuestos. Se trata de las urbanizaciones que forman parte de los ‘SUNC’ o lo que es lo mismo, que están catalogados como asentamientos urbanísticos en Suelo Urbano No Consolidado, pendientes de legalizar después de la suspensión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Son las urbanizaciones de Cerro Molina, La Manseguilla, Puerta del Cerro, Los Bermejales y Tentesón I y Tentesón II-Bellavista, donde alrededor de mil familias viven un día a día no exento de calamidades. Y es que incluso carecen de agua potable.


Por otro lado Los Puentes, estos son, Puente de la Sierra, Puente Jontoya, Puente Nuevo, Puente Tablas, Pago de Juan Ramos, Fuente del Realejo y Pago de Pozuela.

La calidad de vida de los vecinos que residen en alrededor de las cinco mil viviendas alegales del municipio jienense no es la misma que la del resto de vecinos de la capital jienense en cuanto a los servicios básicos. Sin embargo, sí ganan en ubicación, por el entorno natural y la tranquilidad de estas zonas; siendo en la mayoría de los casos segundas viviendas para los jienenses. Quienes viven todo el año reclaman atención municipal, un “trato igualitario” y no quedar en el olvido como en los últimos años.

El sentir general de los vecinos es de “preocupación”, ante la falta de respuesta del Ayuntamiento tras las negociaciones en Sevilla con la Dirección General de Urbanismo de la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía; y a la vez de “indignación”, ante los años que llevan padeciendo una situación a la que ninguna administración ha puesto aún solución.

Según han reconocido los vecinos afectados, el principal escollo para legalizar el suelo sobre el que se han levantado las viviendas de estas zonas residenciales es un informe, elaborado por los servicios jurídicos de la Junta, por el que no se permite a la Administración Autonómica resolver cuestiones relacionadas con el PGOU de Jaén, al estar anulado por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

Los vecinos de estas zonas de extrarradio tienen un leve motivo de esperanza y es que desde la Junta se han comprometido a pedir un nuevo informe jurídico, aunque no se ha confirmado que pueda desbloquearse la situación, es decir, no garantiza que las viviendas puedan legalizarse. Para que los servicios básicos sean una realidad es inevitable el levantamiento de la suspensión que sobre estas zonas residenciales existen en el nuevo PGOU. Otra opción es modificar el PGOU del año 1996.

Los vecinos están “desesperados”, pues llevan más de una década de lucha por la legalización y están dando los pasos necesarios para convertirse en barrios de pleno derecho de la ciudad. Por ejemplo, en La Manseguilla ya han constituido una Junta de Compensación, entre otros casos. En todos, la seguridad jurídica es el aval para la normalización de sus viviendas.

Se acerca el cumplimiento del plazo de entre quince y veinte días que se dio para obtener una respuesta tras la reunión en la capital hispalense entre el alcalde y el director general de Urbanismo de la Junta y siguen sin las garantías legales para que las urbanizaciones tengan servicios básicos como la recogida de basura, limpieza de calles, agua potable, alcantarillado, electricidad, saneamiento… a pesar de pagar la contribución.

“Somos una comunidad de propietarios. Todo lo tenemos que hacer nosotros. Incluso arreglamos la calle principal de entrada al barrio, ante la falta de atención municipal. Estaba en un estado lamentable y los baches dañaban los vehículos”, reconoce el presidente de La Manseguilla, Juan Francisco Molina. Lo más que ha hecho el Ayuntamiento, reconoce el presidente, ha sido parchear.

Si la zona residencial, con alrededor de 165 viviendas, está “decente” es porque los vecinos de La Manseguilla pagan de su bolsillo a una persona de mantenimiento. Y así con todo. También con el agua, que la cogen de una balsa, por lo que no es potable.

La falta del suministro de agua potable es el mayor problema de estas zonas residenciales que aún no son barrios. “Necesitamos agua potable. Es una necesidad básica como vecinos. Hay pozos privados. Si tienes dinero, compras el suministro, pero sigue sin ser potable”, reconocen en Cerro Molina. Su presidente, José Alcalá, explica que mientras el servicio de autobús urbano funciona y la recogida de la basura también, el saneamiento se ha quedado “obsoleto” y no se cambia desde “hace más de 20 años”.

“Las viviendas que han canalizado el suministro del agua sufren constantes averías en los electrodomésticos, que tienen que cambiarlo cada pocos años”, lamentan en Cerro Molina.

Esta zona residencial experimentó un ‘boom’ de demanda a principio de la década de los noventa. Si entonces había viviendo 15 familias, ahora son alrededor de 220. Para la mitad es la única vivienda en propiedad.

Los vecinos de Puente Sierra han unido sus fuerzas ante el problema con el suministro de agua que tienen. “Ha habido familias que se han tenido que ir y están acogidas con familiares”, lamentan.

Reconocen que hay una obra hecha por el Ayuntamiento en la red de agua potable, que baja por la carretera del Puente Jontoya hasta la rotonda del Puente Sierra, con derivaciones en el ‘camino de las huertas’, donde algunos vecinos ya tienen agua. También denuncian que el Ayuntamiento, en su Plan de regularización de las viviendas ‘asimiladas fuera de ordenación’, pidió a los vecinos que aportaran documentos en Urbanismo y que si se realizaba el pago de las tasas pertinentes, se les haría un descuento. “Muchos vecinos realizan el pago con la ilusión de convertir su vivienda en una construcción legal”, avisan.  

Las familias se sienten “utilizadas”, pues el responsable del suministro del agua reclama la deuda que el Ayuntamiento contrajo con él, asegurando que lo que pagan los vecinos es insuficiente para afrontar los gastos de luz y mantenimiento de los motores.

Por otra parte, en todas las zonas residenciales afectadas, si hay que hacer obras en las viviendas, las licencias no llegan al estar en un limbo legal. “Hay vecinos con las piscinas rajadas a los que no se les otorga la licencia de obra para arreglarlas”, dicen en La Manseguilla.

La situación es idéntica en el resto de zonas, con viviendas y calles, sin otros servicios. Y es que las licencias de apertura de negocios ya no llegan. En general, son zonas con bares, pero los que cierran no vuelven a abrir ni hay oportunidad de traspaso pues igual que no llegan las licencias de obra para viviendas, tampoco las de apertura de negocios, por lo que los vecinos, salvo en algunas zonas puntuales, carecen del comercio de proximidad ante cualquier desavío.

Sí llegan autobuses urbanos, uno de los logros de los últimos años y que los vecinos agradecen en La Manseguilla o Cerro Molina.

En algunos puentes sigue siendo un problema los problemas de comunicación con el casco urbano por el mal funcionamiento del sistema de autobuses urbano. “El transporte público es muy limitado”, lamenta el presidente de los vecinos de Puente Sierra, Francisco Ramírez. Sin embargo, en el Puente Jontoya están satisfechos. “Hay un buen servicio de autobuses. En verano, la frecuencia es cada hora”, reconoce el portavoz de la junta rectora del Puente Jontoya, Joaquín García.

Uno de los problemas más acuciantes en Los Puentes es la limpieza de los ríos. Es una de las preocupaciones vitales de sus residentes. “La limpieza y el refuerzo de las escolleras es fundamental para estar seguros”, dicen en Puente Jontoya.

El caudal de los ríos es abundante y las malezas se acumulan. De ahí que reclamen más continuidad en los trabajos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. 

 

Si durante el año existen problemas, estos se acentúan durante el verano, donde la población de Los Puentes y las urbanizaciones se multiplica, con las consecuencias en el sistema de recogida de basura, que reconocen es insuficiente. Además, “el problema con el agua echa para atrás”, dicen en Puente Sierra, donde en verano pueden habitar la zona  cinco mil personas. En este puente denuncian la retirada de contenedores en zonas en los que eran necesarios.

Sí es barrio Puente Tablas y se nota por el mantenimiento del acerado y asfaltado, muy deficiente en las vías de acceso de otros como Puente Jontoya o Puente Sierra, donde los baches, hoyos y desperfectos en general avergüenzan a los residentes, que lo padecen a diario. Días lluviosos como los de esta semana, el paso por esas zonas es peligroso.

Sin embargo, en este barrio los vecinos piden civismo y han colgado carteles a la vista de todos con los que alertan de que la basura se tiene que depositar dentro de los contenedores. 

A pesar de estar en el extrarradio, tiene uno de los atractivos turísticos de la capital, el Oppidum íbero. Es lamentable que el acceso al centro de interpretación esté señalizado con un palé de madera.

Elegidas en un principio como segunda vivienda, cada vez son ocupadas por más jienenses todo el año, que huyen de la ciudad en busca de vistas y entornos naturales tranquilos. Zonas en las que año tras año se prometen mejoran, como el acondicionamiento de sus campos de fútbol o zonas infantiles y elementos de mantenimiento para mayores.

Desde el extrarradio piden ser vecinos de la capital como en el resto de los barrios de Jaén. 

 

 

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