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Sevilla

'Juego de tronos' sale de las pantallas tras agotar los calificativos

Los calificativos para definir lo que supone 'Juego de tronos' nunca se agotan, porque cada seguidor tiene el suyo y es un fenómeno que trasciende la pantalla

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Los calificativos para definir lo que supone 'Juego de tronos', que esta noche termina con la emisión del último capítulo de la octava temporada, nunca se agotan, porque cada seguidor tiene el suyo y porque no se trata solo de un producto televisivo, sino un fenómeno social que trasciende la pantalla.

El análisis de lo que esa serie supone para sus fans ha sido eje de un congreso internacional clausurado este sábado en Sevilla y que dedica este domingo a que los participantes conozcan los lugares de la provincia sevillana inmortalizados en la serie.

Sobre la mesa, un argumento principal: la serie de HBO es algo más. Lo sostienen a partes iguales los especialistas en 'Juego de tronos' Elio Miguel García, Linda Antonsson y Javier Marcos, que tienen muchos argumentos para defender que la serie de HBO supone más que un producto televisivo.

Elio Miguel García y Linda Maria Antonsson han contribuido directamente a los libros de la saga "Canción de hielo y fuego", de George R.R. Martin, en los que se basa la serie, y son coautores de "El mundo de hierro y fuego", considerado un libro imprescindible como complemento a la producción de HBO.

También son los fundadores de Westeros.org, uno de los primeros sitios web de fanáticos de los libros, mientras que el ingeniero madrileño Javier Marcos es administrador de la web Los Siete Reinos, la de más seguimiento en español del mundo sobre la serie, y pone sobre la mesa un dato demoledor: el tercer episodio de la octava temporada generó más de 7,8 millones de tuits en todo el mundo.

Marcos hace historia y recuerda que la serie ha conseguido convertirse en imprescindible en relativamente poco tiempo, ya que "los derechos de adaptación de los libros se cedieron en 2007, un año después se plantea el episodio piloto y se rueda en 2010, para estrenar el primer episodio en 2011".

Y todo con miles de ejemplos que indican que la serie ha traspasado la pantalla, con miles de niñas en todo el mundo que ahora llevan el nombre de Daenerys, igual que en 1984 muchos niños napolitanos fueron bautizados como Diego Armando (por el futbolista argentino Maradona), aunque ahora "cuando acabe esta temporada, muchos padres pueden pensarse si el nombre de esas niñas estaba bien puesto".

Desde que se emitió el primer capítulo ya nada fue igual ni para los telespectadores ni los lectores: se vendieron 12 millones de libros en 2011, y 90 en 2018, y los episodios tienen niveles de audiencia como la Súper Bowl o la final de la Liga de Campeones.

Linda Maria Antonsson se detiene a analizar cómo ha evolucionado la aceptación de los libros: "Las enciclopedias que se han escrito se empezaron a preparar dos años antes de que empezase el fenómeno televisivo, y la criatura fue creciendo en la medida en la que iba creciendo la repercusión de todo el mundo".

La repercusión es tal que "incluso ya hay gente que quiere saber más de la historia de Poniente que lo que va a decir Martín en las dos últimas novelas, y hasta se ha creado un grupo de intelectuales de 'Juego de tronos', que superan la parte de entretenimiento para entrar en el terreno de lo sesudo".

"Hasta personajes como Donald Trump se han convertido en fans de este universo", apostilla, aunque Elio Miguel García rebaja la euforia para decir que "quizás hay demasiada atención alrededor de todo esto que no tiene mucho que ver con la serie, lo que acaba por desvirtuar el mensaje".

Según García, los fans españoles son los más apasionados, pero hay pasión "en todas partes”, como México, otro país con seguidores impagables de los Siete Reinos.

Vaticina que "mucha más gente va a leer las dos siguientes novelas después de este final de la serie", mientras apunta el curioso dato de que "el lector de libros guardó los secretos durante la primera temporada, sin estropear a los lectores" para que no supieran qué verían en la pantalla.

Fernando Lozano, uno de los organizadores del congreso, pone el punto y seguido con una frase lapidaria: "Si algo ha quedado claro es que es un clásico moderno", obras "que pueden leerse, releerse, y cada visita es una visita nueva, aporta algo nuevo”; de modo que entiende que, aunque esta noche termine la serie, seguirá dando que hablar durante mucho tiempo.

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