Antonio Martínez Arredondo, padre de la mundialmente famosa bailarina Alicia Alonso, fue un médico veterinario al que el Ejército cubano le encomendó buscar caballos jerezanos para salvar la diezmada cría de Cuba en la década de los años veinte del siglo pasado.
El científico procuró el permiso de sus superiores para que en aquel viaje, que duraría un año, lo acompañara su familia. Alicia era una niña de 7 años entonces y, porque su abuelo español le pidió que aprendiera los bailes de la madre patria, marcó su nacimiento como mito de la danza mundial en Jerez de la Frontera.
Luis Hidalgo Ramos, siguiendo los pasos del padre y la hija, dirigió para el Canal Educativo 2 de la Televisión Cubana, en España y la isla antillana, el documental “Danza de crines”. Desde que el realizador inició su viaje a la península ibérica, compuso décimas que narran las hazañas de Antonio y Alicia y su tránsito tras las historias de ambos.
Dichos textos forman parte del libro que, titulado igual que el documental, ha sido publicado por la Editorial Comuniter de Zaragoza, como parte de la colección “Versos de las dos orillas”, que dirige el escritor Jordi Siracusa.
“Danza de crines”, el libro, será presentado este jueves 5 de septiembre, a las 21 horas, en el Tabanco Cruz Vieja de Jerez. La cita incluye la proyección de audiovisuales filmados por el autor y director audiovisual Luis Hidalgo Ramos en Jerez y un homenaje de Cuba a Lola Flores.
Prima Ballerina del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso está considerada una de las bailarinas y coreógrafas más importantes de la historia en Iberoamérica. Famosa por sus representaciones de Giselle y Carmen, además de otras grandes obras del repertorio clásico y romántico, es un referente del ballet clásico. Comenzó a estudiar ballet en la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana. Tenía 9 años. Después se formó en Nueva York con Anatole Vilzak y Ludmilla Schollar en la escuela del American Ballet. Y allí debutó también profesionalmente con los musicales Great lady (1938) y Star in your eyes (1939) con coreografía de George Balanchine. Pudo trabajar después con este coreógrafo, dentro ya del American Ballet Theatre fundado en 1940. Y fue intérprete principal en el estreno mundial de obras de Balanchine como Undertown y Theme and Variations. Mikhail Fokine, Leonide Massine, Antony Tudor, Jerome Robbins y Agnes de Mille, otros de los creadores con los que Alicia Alonso trabajó durante su estancia en Nueva York. Fue estrella invitada durante la década de los cincuenta de Los Ballets Rusos de Montecarlo y se convirtió en la primera intérprete americana en bailar con el Bolshoi y el Kirov, en teatros de Moscú y Leningrado. Directora del Ballet Nacional de Cuba, desde 1948 cuando fundó la compañía junto a su marido, entonces Ballet de Alicia Alonso, ha sido prima ballerina por diferentes compañías y lugares. Sus versiones coreográficas de clásicos como Giselle, papel por el que es más recordada, se han bailado en principales formaciones internacionales. Alicia Alonso es Embajadora de buena voluntad de la UNESCO, y Doctora Honoris Causa por la Universidad de La Habana, y ha recibido la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid y la Orden de las Artes y las Letras en Francia, entre otros reconocimientos.
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