Las fuerzas de seguridad iraquíes anunciaron hoy la creación de "células de crisis" con participación de gobernadores y el Ejército en las provincias del país tras una nueva jornada de protestas en el que fue incendiado el consulado iraní en Nayaf (sur).
La Comandancia de las Operaciones Conjuntas iraquí, que agrupa a todos los cuerpos de seguridad, anunció la creación de estas células, para "garantizarán la seguridad en las provincias, imponer la ley y proteger las instituciones y los intereses públicos y privados de los ciudadanos".
Las células de crisis serán presididas por los gobernadores de provincias y contarán con "líderes militares para ayudar a los gobernadores a cumplir sus funciones", añade la comandancia en un breve comunicado.
La decisión se toma cuando las protestas que surgieron de forma espontánea para exigir la salida de los políticos y el fin de la corrupción están a punto de cumplir dos meses y en medio de un creciente clima de crispación.
La pasada noche un grupo de manifestantes asaltó e incendió el consulado iraní en Nayaf, un ataque que causó alrededor de un centenar de heridos y hoy condenaron tanto el Gobierno iraquí como el de Irán a través de sus respectivos ministerios de Exteriores.
Desde el inicio de las protestas el pasado 1 de octubre, más de 300 manifestantes han perdido la vida y al menos 15.000 personas han resultado heridas. Además, se han producido miles de arrestos.
El pasado miércoles, el primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi, anunció la liberación de 2.500 detenidos en las protestas e insistió en que el gobierno está "bajo gran presión", pues su obligación es defender el "orden público".
Las protestas están siendo especialmente violentas en Bagdad y en las ciudades sureñas de mayoría chií de Nayaf, Basora y Nasriya, localidades en las que se han registrado asaltos a edificios gubernamentales y consulados de Irán.