La comparsa de Ayamonte llegó al Teatro Falla dispuesta a dar guerra desde la propia idea del tipo de ilegal, fuera de la ley porque no aspira a los premios, cargando contra algunos autores, según ellos, que concursan por el triunfo.
El segundo, dedicado a la homofobia. Los sones, además, recordaron mucho a Juan Carlos, salvando las distancias.
Los cuplés, a las suegras y a la carne mechada; y para los filtros de Instagram. El estribillo tampoco logró enganchar al público que llenaba el Falla, que finalizó el popurrí haciendo un alegato en favor del carnaval de la calle.